China continúa combatiendo el desastre provocado por el terremoto de magnitud 6.8 que ha azotado a la provincia de Sichuan. Según el último balance, son más de 70 los muertos por el seísmo. 74, exactamente, citaban las autoridades, que no descartan que la cifra aumente próximamente porque todavía permanecen más de una decena de personas en paradero desconocido, mientras se contabilizan también más de 300 heridos. Los temblores, además, han provocado importantes deslizamientos de tierra y desbordamientos de los ríos, que han inundado diversas zonas de la región provocando múltiples daños y complicaciones para los ciudadanos.
Tras desencadenarse el temblor, China, que mantiene en la memoria el recuerdo del desastre desencadenado en Sichuan en 2008 tras otro terremoto que se cobró la vida de más de 80.000 personas, activó las alarmas. Nuevamente, momentos de pánico se reprodujeron en distintos puntos de la citada provincia, como prueban las imágenes registradas desde el interior de una guardería en la que tuvieron que evacuar repentinamente a 300 niños, activando todos los protocolos previstos para este tipo de situaciones.
Sichuan, en efecto, es una zona propensa a los seísmos, y este último se sintió incluso a 200 kilómetros, en la capital de la provincia, en Chungdu.
Como se aprecia en el vídeo que abre esta noticia, en esta ocasión el temblor sorprendó a los pequeños cuando se encontraban durmiendo y sus cuidadores tuvieron que multiplicarse para sacarlos a la calle.
Ahora, con el susto todavía tan presente como los destrozos provocados por el fenómeno, los servicios de rescate se afanan por seguir buscando supervivientes.