Aumentan los mensajes de apoyo a la primera ministra de Finlandia, dentro y fuera de su país. Sanna Marin ha querido dar explicaciones tras la difusión de unos videos privados en los que se la veía de fiesta, este verano. Imágenes difundidas sin su consentimiento y grabadas durante su tiempo libre. Son muchos los que se preguntan quién está detrás de la polémica.
Bailar y disfrutar en redes sociales en apoyo a Sanna Marin. Es el gesto viral de miles de personas, en su mayoría mujeres escandinavas, en solidaridad con la primera ministra finlandesa.
Sanna Marin es objeto de polémica desde el martes por la difusión sin consentimiento de un vídeo en Instagram en el que bebe y baila con un grupo de amigos. Las dudas giran en torno a lo consumido en esa fiesta.
La primera ministra ha terminado con ella misma anunciando que se ha sometido de forma “injusta” a un test de sustancias cuyo resultado se sabrá antes del viernes y con el que pretende zanjar cualquier duda ante una oposición que pide explicaciones.
Estas y otras imágenes, en las que baila junto a otro hombre que no es su marido, alimentan una polémica que poco tiene que ver con la del dimitido Boris Johnson, en Reino Unido, que se saltó sus propias normas del confinamiento en 2020 para participar en fiestas privadas en Downing Street.
Expertos finlandeses en la red aseguran que estos vídeos habrían salido desde grupos nacionales de extrema derecha, que podrían haberse vistos ayudados en su difusión masiva por bots y medios de Rusia.
Todo después de la reciente integración de Finlandia junto a Suecia en la OTAN. Una Sanna Marin que hace una semana defendía seguir dejando sin viajar por Europa a los ciudadanos rusos porque ve mal hacer turismo mientras tu país, dice, mata gente en Ucrania.