Finlandia, el país que otrora fuera conocido por su inviernos largos y duros y por su comida poco exquisita, lleva años encabezando las clasificaciones anuales de felicidad entre su población, lo que ha ayudado a transformar su reputación, impulsando el turismo y los negocios.
El Informe Mundial sobre la Felicidad, patrocinado por la ONU, hizo arquear algunas cejas cuando colocó a Finlandia en la parte superior de sus listas en 2018: y es que muchos de los 5,5 millones de personas del país nórdico se describen a sí mismos como taciturnos y propensos a la melancolía. Incluso admiten haber visto demostraciones públicas de alegría con sospecha.
Pero ya son cuatro años consecutivos encabezando la clasificación de países más felices del mundo, una encuesta mundial que busca cuantificar la libertad personal y la satisfacción de las personas con sus vidas, utilizando datos de encuestas de 149 países junto con medidas como el PIB, el apoyo social y las percepciones de corrupción.
Finlandia sobresale con sus silenciosos y efectivos servicios públicos, bajos niveles de delincuencia y desigualdad, y altos niveles de confianza en la autoridad. "Lo básico es muy bueno aquí: no tenemos a nadie viviendo en la calle, tenemos desempleo pero el servicio de salud funciona", explicó a la AFP la vendedora de flores Riitta Matilainen.
Los largos y oscuros inviernos del norte del país alguna vez tuvieron fama de ser la causa de los altos niveles de alcoholismo y suicidio, pero una campaña de salud pública que lleva ya una década en desarrollo ha ayudado a reducir las tasas en más de la mitad.
Para los jefes de turismo y marcas nacionales, el título de "más feliz del mundo" ha sido una bendición que han sabido aprovechar. "Es algo realmente poderoso, emotivo y evocador decir que eres el país más feliz del mundo. ¿Por qué alguien no querría vivir en el país más feliz del mundo?" explica Joel Willans, un comercializador digital británico y creador de la página de redes sociales "Very Finnish Problems", que ha vivido en Finlandia desde principios de la década de 2000.
"La conciencia de Finlandia ha crecido durante los últimos años", señala Paavo Virkkunen, director de Servicios de Promoción de Finlandia en Business Finland. Después de cuatro años, innumerables empresas finlandesas han utilizado el tropo de la felicidad para comercializar productos de estilo de vida e intentar atraer trabajadores para que se reubiquen y se unan al sector tecnológico del país.
La cocina poco llamativa de Finlandia en su momento fue ridiculizada como algo que "soportar" por el expresidente italiano Silvio Berlusconi, y criticada por su homólogo francés Jacques Chirac. Pero los restauradores y fabricantes de productos ahora promocionan la simplicidad y los ingredientes naturales de la cocina finlandesa, y la consideran clave para el enfoque sensato del bienestar del país.
Sin embargo, la campaña de marketing de la felicidad ha sido liderada por la industria de viajes. La oficina de turismo de Finlandia nombró "embajadores de la felicidad" finlandeses encargados de presentar a los visitantes los secretos del bienestar finlandés. "La gente siente curiosidad por (nuestra felicidad) y quieren aprender sobre ella", idnica Virkkunen.
La clave del estilo finlandés de felicidad es salir al aire libre para disfrutar de los vastos bosques y miles de lagos del país, así como del tradicional baño de vapor finlandés, la sauna. A principios de 2020, el turismo en Laponia en el norte de Finlandia había alcanzado niveles récord y el país atraía más proyectos de inversión extranjera directa que en cualquier otro lugar de los países nórdicos.
La pandemia del coronavirus ha frenado el flujo de turistas, pero también ha aumentado el interés del extranjero en la naturaleza limpia y escasamente poblada de Finlandia, lo que ha llevado a los proveedores turísticos a ofrecer recorridos virtuales. "Aunque la gente no puede viajar ahora, puedes soñar con Finlandia y la felicidad de una verdadera conexión con la naturaleza, donde realmente puedes relajarte", dijo Virkkunen.
Sin embargo, los cuatro años de dominio de Finlandia en los rankings de la felicidad deja un problema: ¿hacia dónde ir desde aquí?
Cuando se anunciaron los resultados de este año, Joel Williams pensó que "habría sido más noticia si Finlandia hubiera sido relevada del primer lugar". El buen funcionamiento del país como sociedad y el bajo estrés han reducido la tolerancia de los finlandeses cuando las cosas salen mal. "Se sienten realmente agraviados", dijo. "Su burbuja de felicidad se pincha fácilmente cuando las cosas no salen perfectamente".
Pero los beneficios del título mundial de la felicidad serán duraderos, cree Virkkunen: "Creo que hemos crecido como nación, entendiendo los conceptos básicos de la felicidad un poco mejor de lo que entendíamos antes".