Archie Battersbee, el menor de 12 años que llevaba meses en coma tras un reto viral de TikTok, ha sido desconectado del soporte vital. Termina así una batalla judicial que los padres han intentado ganar hasta el último segundo, llevando el caso ante el Tribunal de Derechos Europeo de Derechos Humanos. La madre del menor, devastada, ha asegurado que su hijo "luchó hasta el final".
El menor ha sido retirado del soporte vital a las 12 de este sábado: "Le quitaron la medicación a las 10, sus estadísticas se mantuvieron estables hasta dos horas después, cuando le quitaron la ventilación", ha informado Ella Rose Carter, la prometida del hermano mayor de Archie.
Los padres del pequeño están totalmente devastados. Juntos han luchado hasta el final sin perder la esperanza de que el soporte vital de Archie pudiera seguir conectado, algo que finalmente no ha sido posible. Su madre asegura que aún así se siente orgullosa de haberlo intentado: "Sé que hice todo lo que pude. Todo."
Respecto al fallecimiento de Archie, la mujer ha asegurado que el menor era "un niño tan hermoso y luchó hasta el final, y estoy muy orgullosa de ser su madre".
Además, también ha querido reflexionar sobre su papel como madre, asegurando que cree que dio una buena infancia a su hijo: "Sé que he hecho un muy buen trabajo siendo la madre de Archie. Basándome en mi propia infancia, estaba muy decidida a ser la mejor madre posible y siento que lo he hecho lo mejor que he podido. Es una de las razones por las que estoy aquí", defiende.
El pequeño Archie sufre desde el pasado abril daños cerebrales. Quedó en esa condición a consecuencia de un incidente ocurrido en su casa el pasado 7 de abril, cuando sus padres lo encontraron inconsciente. Entonces indicaron que creían que el menor, que no volvió a recobrar la conciencia, había participado en algún "desafío online".
Al parecer, el pequeño se habría ahorcado de manera accidental al quedar colgado de una barandilla con una cuerda atada al cuello. Tras el incidente el menor fue trasladado al Royal London Hospital en Whitechapel, donde se le diagnosticó muerte cerebral y se le conectó al soporte vital.
A pesar de que los médicos siempre han insistido en que el menor está en muerte cerebral, sus padres han mantenido la esperanza en que Archie podría recuperarse y que solo le hacía falta tiempo. Finalmente no han conseguido ese tiempo para su pequeño.
Desde prácticamente el día siguiente al accidente, los padres de Archie iniciaron una batalla legal para tratar de mantener con vida a su hijo. El 31 de mayo, los médicos del Royal London Hospital le hicieron una resonancia magnética y ahí ya concluyeron que el estado del menor era incompatible con la vida.
Con esta situación, el 13 de junio una jueza determinó que Archie estaba "muerto" y que se podía desconectar del soporte vital, ya que "el cese irreversible de la función de las células madre neuronales se ha establecido de manera concluyente".
Sin embargo, ante la insistencia de los padres, el Tribunal de Apelaciones trasladaron el caso ante el Tribunal Superior, pero solo unas semanas después la División de Familia del Tribunal Superior de Justicia dictaminaba que lo mejor para Archie Battersbee era retirarle el soporte vital.
La batalla judicial continuó con varias apelaciones más y con las mismas conclusiones por parte de los jueces: su desconexión podía ser autorizada. El caso llegó hasta el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de la ONU, que dio un último rayo de esperanza a los padres ordenando que se aplazase la desconexión del pequeño.
Una esperanza que duró poco, ya que el Tribunal de Apelaciones ratificó que el menor debía ser desconectado. Los últimos recursos presentados por los padres de Archie no fueron aceptados y la batalla judicial terminó: Archie Battersbee debía ser desconectado del soporte vital este sábado.