Una niña, que lleva un carrito, y su madre se graban, alegres, paseando por las calles de Vínitsia. Apenas una hora después, la pequeña yace muerta bajo el juguete y la madre ha sido herida de extrema gravedad. Y es que un ataque de las tropas rusas ha dejado 20 muertos, entre ellos tres niños, en esta localidad situada en el centro de Ucrania, según ha confirmado el Servicio Estatal de Emergencias del país.
Los soldados del Kremlin han atacado sin miramientos una de las grandes ciudades de Ucrania central. En relativa calma hasta ahora, alejada de la línea de frente. Sin embargo, el municipio ha sido despertado con los zarpazos de tres bombardeos. Concretamente, de tres misiles disparados desde submarinos del mar Negro que han impactado contra un aparcamiento y contra un enorme edificio comercial y de oficinas.
Todo el centro de Vínitsia ha quedado aturdido y en estado de 'shock' durante varias horas.
Además de los heridos, al menos 90 personas han resultado heridas. Una masacre días después de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclamara más ayuda de la OTAN para "poner fin a esta guerra en el campo de batalla".
Las imágenes a las que hemos asistido este jueves son ya, por desgracia, habituales también en la devastada región del Donbás: el sonido sin fin de las sirenas, la mezcla de olores a quemado y los heridos deambulando desorientados.
Rusia ha vuelto a utilizar el terror como arma de guerra.