Salvador Ramos advirtió de sus intenciones. Nos duele, pero en las redes sociales ya anunció que iba a matar. Y más lo anunció cuando se compró un rifle semiautomático estilo AR-15. La popularidad de este arma ha ido en aumento desde 2004, cuando expiró la prohibición federal de las armas de asalto en los EE.UU. Una de cada cinco armas de fuego compradas en los EE.UU. hoy en día es un fusil tipo AR, según estimaciones de la NSSF (National Shooting Sports Foundation), una asociación comercial nacional para la industria de armas de fuego. Es el arma más querida por los americanos debido a su versatilidad, ya que tiene la capacidad de agregar visores y cambiar la longitud y el tamaño del cañón. Salvador Ramos había comprado legalmente dos rifles de este tipo pocos días antes del ataque, a días de cumplir 18 años, según el relato de las autoridades.
Fue con esa arma, pues, tan querida por los americanos -los defensores de las armas como Ted Cruz siguen apostando por cerrar y blindar los colegios como recurso para acabar con los tiroteos- con la que se perpetró la masacre de Texas. 19 niños y dos maestros asesinados de forma vil y premeditada en una escuela primaria.
Una matanza advertida a través de redes sociales minutos antes del ataque por el propio asesino a través de tres publicaciones. Cierto que en las redes se vomitan a diario todo tipo de manifestaciones y su control hoy parece imposible de lograr. Pero Salvador Ramos, como muchos jóvenes, se relacionaba y se sentía poderoso en esas redes y desubicado, aislado, y humillado en el mundo real. Su odio se plasma en las publicaciones. En la primera avisaba de que iba a disparar a su abuela, en la segunda confirmaba dicho disparo y en la tercera anunciaba que iba a disparar a una escuela.
Antes, Salvador Ramos discutió con su abuela, de 66 años, antes de cometer el crimen. El joven había subido a las redes sociales fotografías de las armas que había comprado de forma legal en una tienda de la localidad. La abuela, de acuerdo con algunos vecinos, sabía de los planes de su nieto y quiso impedir que los llevara adelante. Ramos disparó contra ella. Fue trasladada a un hospital de San Antonio y se encuentra en estado crítico. En el patio de la casa quedó tirada una mochila llena de munición.
Ramos compró su segunda arma la semana pasada, y lo compartió después en Instagram, etiquetando a una usuaria con más de 10.000 seguidores. Ella, sin entender por qué la etiquetaba, preguntaba a Ramos, quien contestó "estoy a punto de hacerlo". Sí, el joven de 18 años planeaba ya una matanza de niños con el rifle preferido de los americanos.