Cuando el rey Carlos III de Reino Unido accedió al trono, en septiembre de 2022, podría haber establecido su residencia oficial en el Castillo de Windsor o en el Palacio de Buckingham. Sin embargo, el monarca decidió seguir viviendo en Clarence House, la mansión que lleva siendo su hogar desde 2003. Y, por lo menos, así será hasta que finalicen las obras de la gran reforma de Buckingham, que comenzaron en 2017 y que está previsto que terminen en 2027.
Estas son las primeras remodelaciones desde la Segunda Guerra Mundial. El palacio de Buckingham tiene un total de 775 habitaciones y sirve tanto de residencia privada para el monarca como para actos institucionales.
De este modo, quedan tres años para que Carlos III y la reina Camila puedan mudarse al lugar que, durante siglos, ha sido considerado la residencia oficial de los soberanos. Con este cambio, se desconoce si el rey mantendrá Clarence House como su segunda residencia o si la cederá a otros miembros de la Familia Real.
Durante estos últimos meses, la reforma de Buckingham ha pasado desapercibida, y es que la situación de los Windsor ha sido bastante complicada debido al cáncer del rey y de la princesa Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo.
Pero, ahora, han visto la luz unos nuevos y reveladores detalles sobre la misma. Y es que dentro de muy poco una de sus salas, que ya está casi remodelada, abrirá sus puertas al público.
Se trata del ala este del Palacio, que da a la sala en la que el rey se reúne con múltiples personalidades y al famoso balcón central, donde apareció por última vez la Familia Real durante el Trooping the Colour. Las obras en esta zona comenzaron en 2018 y se completaron a principios de este año, según ha desvelado este martes 18 de junio el Daily Mail.
Se están realizando cambios en el cableado, en las cañerías y los sistemas de calefacción. Por el momento, han reemplazado más de 40.000 tablas del suelo y miles de cables que recorrían más de 300 kilómetros -el citado medio pone como referencia la distancia entre Londres y Leeds-.
Además, ya se ha procedido a cambiar el papel de las paredes de múltiples salones, entre ellos el del famoso Yellow Drawing Room. Las obras están siendo controladas por el rey personalmente.
Una fuente cercana al monarca ha apuntado que "el Palacio de Buckingham es un bien nacional que, como resultado de este trabajo, será más accesible al público" y que, con estos cambios, Carlos III quiere que sea "el palacio del pueblo".
"El rey tiene muchas ganas de abrirlo al público mediante fiestas en el jardín, visitas guiadas y una apertura ampliada en verano, y seguiremos buscando más formas de hacerlo", ha añadido.
Así, el público podrá admirar la renovación del ala este a partir del próximo 15 de julio.
El proyecto promete traer grandes cambios. Es ambicioso y cuenta con un presupuesto astronómico de 369 millones de libras, lo que equivale a 436.951.350 euros.
Cabe recalcar que todo este proceso de reformas también ha tenido un coste para Carlos III, quien ha tenido que destinar parte de su asignación anual al proyecto.
En el informe de cuentas de la Casa Real británica para el ejercicio 2022-2023, se estableció que la monarquía recibiría del Estado 86,3 millones de libras -entonces 100,5 millones de euros-, de los cuales 34,5 -40,2 millones de euros- estaban destinados para el proyecto de reforma del Palacio. Finalmente, el gasto de la Casa Real fue de 107,5 millones de libras -127 millones de euros-.
Buckingham señaló en un comunicado que un 5% de ese aumento con respecto al año anterior se debía al "importante trabajo relacionado con la reforma del Palacio".
Las habitaciones de los sirvientes del siglo XIX también están siendo reemplazadas por un espacioso "espacio central de colaboración" para los 300 empleados de oficina que trabajan detrás de los muros de Palacio. Además se sustituirá una antigua sala de ordenadores por una moderna sala de conferencias y de formación informática y se ha procedido a cambiar obras de arte.
En los jardines del Palacio, se han talado decenas de árboles para contar con más luz natural y fomentar el crecimiento de otras plantas.
Uno de los objetivos de Carlos III es que Buckingham sea más sostenible, ya que la preocupación por el medio ambiente ha sido una constante en su vida, por lo que quiere que su casa se adapte a sus ideales. Así, ha implementado algunas medidas para reducir las emisiones de CO2, como reducir la temperatura de la calefacción central de este enclave que simboliza la monarquía británica.
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