Vivir en un entorno rural gallego, generalmente en medio de la nada, ofrece la gran ventaja de la tranquilidad, lejos del ruido y del estrés de las grandes urbes, pero tiene el inconveniente de que se necesita el coche para todo.
Esto lo saben bien Yolanda y Serafín, vecinos del lugar de Froxán, en Lousame (A Coruña) donde han tenido la idea revolucionaria de adquirir un coche eléctrico y usarlo todos para sus quehaceres diarios tales como ir al médico, a la farmacia o, simplemente, visitar a un familiar.
La iniciativa, pionera en España, mata dos pájaros de un tiro al solucionar, por un lado, los problemas de movilidad de los vecinos participantes (ya que no hay servicio de transporte público) y, por otro, darle un respiro al medio ambiente (y al bolsillo), al no tener cada uno su propio vehículo (parado en casa la mayor parte del tiempo) como suele suceder en estos casos.
Para la compra del automóvil contaron con una ayuda de 24.800 euros concedida por la Diputación de A Coruña a la Fundación Montescola, (alma mater de la iniciativa), a lo que hubo que añadir una inversión de 20.000 euros para levantar una pequeña planta fotovoltaica de 10 kilovatios en la que se cargará el vehículo, con el consecuente ahorro económico.
Para organizarse, los vecinos comprueban a través de una aplicación móvil que el coche está disponible o, en caso de que no lo esté, comprobar que pueden compartirlo si el destino es el mismo.
La idea pionera de rodar con su propia energía ha llamado la atención de multitud de medios de comunicación y vecinos de otros lugares, que ven esta iniciativa como un ejemplo de reducción de emisiones y de ahorro económico.
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