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Varias asociaciones de ecologistas de Galicia han denunciado la aparición de pequeñas bolas de fuel en varias playas de las tres provincias con mar, pero sobre todo en el litoral de la mariña lucense, que preocupan por su nivel de contaminación y porque las autoridades todavía no conocen su origen.
Meses después de la llegada de las pequeñas bolitas de plástico procedentes del vertido del buque Toconao, este nuevo episodio de contaminación en los arenales gallegos ha encendido las alarmas de nuevo.
El primer avistamiento de este vertido de fuel tuvo lugar en la playa de A Marosa, en el Concello lucense de Burela.
La asociación ‘A Mariña sen Plástico’ muestra en un vídeo, subido a la red social Instagram, una gran cantidad de pequeñas bolas de alquitrán y al interesarse desde la publicación sobre el estado de otros arenales, varios usuarios aprovecharon para denunciar la misma situación en playas de Ribadeo y Foz.
Según informa el diario GCiencia, días más tarde aparecieron, además, nuevas muestras de chapapote en regiones más alejadas como Cariño y Valdoviño (A Coruña).
También ‘Noia Limpa’ hizo público el vertido, asegurando que hace unos días en la Praia do Coto, “sigue llegando chapapote” y que éste se encuentra “desde la Praia do Altar hasta la Praia das Pasadas en Barreiros”, en la Mariña Lucense.
Las organizaciones ecologistas llaman a la colaboración ciudadana a la hora de notificar la presencia de alquitrán en cualquier otra playa, avisando al 112 y/o a los socorristas.
'Adega ecologistas' pide, además, información a la Xunta y al Estado por la "aparición de estas bolas de chapapote en las playas gallegas'.
Aunque inicialmente el vertido se detectó en la costa de la provincia de Lugo, el fuel está presente ya en las tres provincias gallegas con mar.
El mayor número de alertas por avistamiento de estas bolas de fuel se dio, sin embargo, en la región asturiana de Navia, aunque se desconoce el origen del incidente.
Salvamento Marítimo está investigando la procedencia de estos “hidrocarburos muy degradados”. De momento, informa la prensa especializada, en las imágenes de los satélites no se detectó ningún vertido ni hay constancia de ninguna descarga, “ni operacional ni accidental”, aseguran.
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