Santiago veta los comercios turísticos en su casco histórico durante un año: “Es necesario ponerles freno”

  • Con esta medida, el Ejecutivo local pretende que “el centro histórico no sea únicamente terreno de turistas”

  • Sólo en la zona vieja compostelana hay cerca de un centenar de tiendas ligadas al turismo

  • Además de comercios de souvenirs también se veta la reconversión a uso residencial de plantas bajas

Con el objetivo de proteger y fomentar el comercio de proximidad en la ciudad, el Concello de Santiago ha decidido prohibir, desde esta misma semana y durante un año, la implantación de nuevos comercios turísticos en su casco histórico, una zona donde los establecimientos tradicionales han ido perdiendo peso en aras de los comercios de souvenirs y establecimientos ligados al turismo, que sólo en el recinto “intramuros” rozan el centenar, según informan en el vídeo Hildegard Romero y Almudena Calvo.

El Ejecutivo local, de la mano de la nacionalista Goretti Sanmartin, defiende que el comercio tradicional y su oferta de proximidad es “esencial para fijar la población en la zona vieja”, otro de los huesos duros de su legislatura en la capital gallega.

La medida implica la suspensión cautelar de la concesión de licencias de obra y comunicaciones previas de actividad en planta baja, al menos durante un año, no así a las que ya tuviesen permiso concedido previamente.

Veto a los negocios turísticos y a las viviendas en bajos comerciales

Según la prensa local, el alcance de esta suspensión de licencias no se limita únicamente a los negocios turísticos, y el veto temporal se extiende también a “cualquier aspiración de reconvertir bajos comerciales en viviendas o en negocios de hostelería”.

De esta manera, mientras el planeamiento no permita decidir la nueva reordenación de usos e identifique dónde, cómo y en qué condiciones se apuesta por el comercio de proximidad, se prohíbe también la reconversión a uso residencial de plantas bajas y la implantación de actividades de carácter terciario en esos espacios.

Y esto último implica a los negocios destinados exclusivamente al turismo, como las consignas automáticas de equipajes o las oficinas de cambio de moneda, pero también a locales de hostelería.

“Es necesario ponerles freno”

Quedan exentas de estas medidas los establecimientos y locales que no tengan carácter turístico, como por ejemplo comercios de interés sociocultural, servicios docentes y asistenciales, o todo tipo de servicios que sirvan para dotar a la población residente de “productos básicos para la vida diaria”, según palabras del concejal de Urbanismo, Iago Lestegás.

A los micrófonos de Informativos Telecinco, Lestegás ha asegurado sobre los establecimientos ligados al turismo que “es necesario ponerles freno para que el centro histórico no sea únicamente terreno para los turistas”.

El objetivo, según el representante del Ejecutivo local, es “que el casco histórico sea una zona habitable, con servicios también para los residentes”.

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