Buscar vivienda de alquiler en Galicia es una tarea que cada vez resulta más ardua y cara, a no ser que la búsqueda sea para pasar sólo unos días o semanas, en ese caso las propiedades de éxito se multiplican sustancialmente.
La oferta de alojamientos ofrecidos en los principales núcleos de población gallegos, al igual que sucede en el resto de España y del mundo, se ha ido modificando, y a lo largo y ancho de la geografía han crecido como la espuma las viviendas destinadas a uso turístico.
Son las llamadas VUTs, que ya duplican las plazas de los establecimientos hoteleros en Galicia, y que en otras ciudades del mundo han saturado el mercado de los alquileres, llevando a las autoridades a tomar cartas en el asunto y declararle la guerra a multinacionales como Airbnb, entre otras.
Según datos registrados por la Axencia de Turismo de Galicia y recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE), las viviendas destinadas a uso turístico suman 90.765 sitios repartidos en 17.102 establecimientos, mientras que los hoteles de la comunidad reparten 57.540 plazas en 936 establecimientos.
Llama la atención además que mientras el número de VUTs aumenta exponencialmente en toda la comunidad, la oferta de plazas de hoteles se ha estancado.
La Xunta de Galicia comenzó a contabilizar las VUTs en el 2018, definiéndolas como “viviendas cedidas a terceras personas de forma reiterada, a cambio de una contraprestación económica y por un periodo de corta duración”. Ese mismo año se registraron en la comunidad gallega cerca de 5.000 viviendas, lo que supone que, en un lustro, la cifra casi se ha cuadruplicado, creciendo hasta un 270 por ciento.
A nivel gallego, Sanxenxo es el municipio que encabeza esta lista, con casi 2.700 viviendas de uso turístico registradas. Le siguen Vigo, con 1.300, A Coruña con algo más de 1.000 y Santiago de Compostela, con 800.
Los expertos aseguran que este tipo de alojamientos disparan los precios de los alquileres, y aumentan el malestar de los vecinos por el ajetreo de las entradas y salidas de los turistas en los inmuebles y la inseguridad que este hecho les provoca.
Siguiendo los ejemplos de ciudades como Barcelona, París o New York, algunos ayuntamientos gallegos han tomado cartas en el asunto y, sin ir más lejos, Santiago de Compostela aprobó en febrero que las VUTs sólo podrán ofertarse en los bajos, siempre y cuando sean de uso residencial, y en los pisos situados en las primeras plantas, algo que no ha gustado a todos los vecinos por igual.
La conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, avanzó recientemente que la Xunta pedirá al Gobierno que regule las viviendas turísticas en el marco de la comisión bilateral para resolver dudas competenciales sobre la implantación de la nueva ley estatal de vivienda, por lo que otras ciudades gallegas no tardarán en sumarse a las medidas aplicadas en Compostela, aprobando legislaciones que limiten las VUTs.