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Un mes ha pasado ya desde que Carla Castro, una emprendedora gallega amante de los animales, empezó a darle forma a su sueño de montar un negocio para mascotas, y abrió las puertas del Monti Bar, en A Coruña.
El local, situado en la calle Anxo Senra Fernández de O Burgo (Culleredo), no se limita a ser “petfriendly”, sino que va mucho más allá y ofrece una carta con menús caninos preparados “con mucho amor, sin sal y hervidos” para cuidar a los peludos de la casa, cuenta Carla.
La dueña del Monti Bar, o “el bar de los perros”, como nos confiesa que ya se conoce el local entre su clientela, no tardó nada en abrazar el éxito; los clientes llegan desde todos los puntos de la geografía gallega, para mimar a sus mascotas con alguno de los tres menús que ofrece, o con los snacks de cortesía que nunca faltan bajo las mesas.
En la carta, por ahora, se ofrecen tres alternativas: el menú “Barf”, consistente en arroz con pollo cocido sin sal; el “Montican”, una selección de latas gourmet de diferentes sabores; y el hueso de cartílago prensado, con el que las mascotas se entretienen al tiempo que cuidan sus dentaduras.
Pero como no es lo mismo darle de comer a un chihuahua que a un mastín, por ejemplo, Carla nos cuenta que los menús se adaptan en cantidad al tamaño y raza del animal, e incluso “tenemos en cuenta las alergias”, explica la empresaria.
La aceptación, como se puede comprobar en el perfil de Instagram del negocio, está siendo muy buena, y dueños y perros "están respetando muy bien las normas", que se limitan a: "tener en todo momento a los perros con correa dentro del local" y "no dejar que se suban a las mesas", cuenta Carla.
La idea de este negocio, el primero de estas características en Galicia, surgió en un viaje a la Costa Brava que Carla hizo en compañía de su caniche gigante, Jack, hace dos años.
“Jack tenía una enfermedad autoinmune y epilepsia, tenía muchos problemas”, explica Carla, “por lo que tenía que comer cocinado”, añade. Pero lo que parecía que iba a ser un problema, dio pie a comprobar la cantidad de locales, que había en la zona, dispuestos a preparar comida para Jack o con una carta exclusiva para perros. Ahí comenzó a rondarle la idea de montar un negocio similar en Galicia, que tardó dos años en gestarse, pero que parece ir viento en popa y a toda vela.
“Estoy alucinando con la acogida”, confiesa Carla, “creí que la gente se animaría, pero no tanto, está siendo un boom”, añade.
El Monti Bar, que está en el entorno del paseo marítimo del Burgo, abre de martes a jueves de 8:00 a 23:00, y de jueves a domingo, de 8:00 a 01:00, para hacer las delicias de dueños y mascotas.
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