Los vecinos y vecinas de A Vila, una pequeña aldea de la parroquia de Lobios (Ourense), se han ido a la cama este lunes con un pequeño regalo de Navidad bajo la almohada, adelantado por un generoso duende que otra vez (la primera fue el año pasado) se ha acordado de ellos para compartir su suerte.
Cada una de las 13 viviendas de esta localidad ha amanecido este lunes con un peculiar sobre en sus buzones: un sobre sin sello pero con el nombre de cada destinatario y una misteriosa letra en el reverso.
Por el modus operandi y el envoltorio del regalo en cuestión, la mayoría de los vecinos no necesitaron ni abrirlo para conocer lo que escondía en su interior, pues adivinaban que otra vez se trataba de un décimo de lotería para el próximo sorteo de Navidad, con el número 65496, sellado en una administración de Segovia.
Tampoco necesitaron mucho tiempo esta vez para descubrir lo que ocultaban las 13 letras repartidas aleatoriamente por Ratón (como cariñosamente se conoce a este generoso amigo invisible en A Vila), pues se corresponden con los 13 caracteres que forman las palabras “Felices Festas” (Felices Fiestas en gallego).
Algunos vecinos de la localidad han hablado con el diario La Región explicando lo contentos y agradecidos que estaban con este acto de generosidad, que aparte de repartir ilusión, sirve para unir un poco más a los vecinos del pueblo.
El primero en darse cuenta de que otra vez habían sido obsequiados con un boleto de lotería fue Zacarías González, que según narra el diario local, enseguida avisó en el grupo de WhatsApp de los vecinos: “Ratón lo ha hecho otra vez”.
Antonio, otro de los entrevistados por la cabecera apunta que “no tenía por qué hacerlo otra vez, es un gesto maravilloso”, asegura.
Aunque no se sabe a ciencia cierta quien puede ser el autor de este bonito gesto, en el pueblo empiezan a atar cabos y sospechan de un mismo candidato. Rosa Paz, vecina del lugar apunta que “lo bonito, si es que es esta persona que pensamos, es que tiene un cómplice en el pueblo porque él se marchó el lunes a las nueve y, a esa hora, una vecina miró en el buzón y no tenía la carta”.
Tampoco quieren esforzarse mucho por saber de quién se trata, quizás así se mantenga la ilusión durante más tiempo, como los niños que empiezan a sospechar de Papá Noel pero no lo dicen por miedo a dejar de recibir regalos.
¿Y si toca? “Si toca, lo celebraremos a lo grande” coinciden los 28 vecinos, una celebración a la que, sin duda, se unirá también Ratón, quien posiblemente aproveche para desvelar su secreto mejor guardado.
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