Sucedió en el País Vasco, ocurrió también en otros puntos como Madrid, Cantabria o Cataluña y ahora la ‘plaga’ se extiende por Galicia, donde varios padres han alertado de que algunos de sus hijos han sido agregados a ciertos grupos de WhatsApp en cuyos chats se difunde contenido violento y pornográfico.
Las imágenes, algunas con contenido pedófilo y otras muy agresivas, han sido propagadas nuevamente a través de chats en los que se incita en el propio nombre del grupo a invitar al máximo número de personas posible.
El último caso, concretamente, ha afectado a alumnos del IES do Milladoiro, donde, tal como recoge Faro de Vigo, se ha extendido la alarma por la detección de varios alumnos afectados.
Según explica el medio gallego, se vieron incluidos en esos grupos de WhatsApp sin permiso y repentinamente bajo los títulos de ‘A ver si llegamos a los 500’ o ‘A ver si llegamos a los 1.000’.
Ante la situación, aunque aún no se tiene constancia de denuncias ante las autoridades, la ‘Confederación de Anpas Galegas’ ya tiene constancia de los hechos y ha instado a extremar la precaución sobre la difusión de este tipo de chats, instando a “hacer pedagogía” para que los menores que tengan acceso a estos dispositivos hagan un uso responsable de estas tecnologías.
La situación no deja de repetirse: los casos se han expandido y han sido detectados ya en múltiples puntos de España. Además, en algunos de ellos habría adultos implicados, por lo que las autoridades trabajan con las denuncias que sí han recibido desde otros puntos de la geografía española, como País Vasco o Madrid, y analizan la procedencia de estos grupos y quiénes son los responsables de difundirlos.
En algunos de estos chats llegaba a haber más de 1.000 alumnos implicados de múltiples centros educativos, y en algunos de ellos incluso se les extorsionaba, con grupos directamente titulados como 'Añadir gente o te pego', como el que se detectó en País Vasco.
Por su parte, también en Andalucía, y concretamente en Málaga, recientemente se investigaba en paralelo la difusión de un vídeo de la agresión sexual a un bebé difundido por un chat de clases extraescolares; un caso de extrema gravedad en manos de la Fiscalía de Menores malagueña que volvía a alertar de los peligros existentes en la Red y la necesidad de educar y concienciar sobre el uso de los dispositivos móviles.
Todos estos hechos, además, se producen cuando paralelamente, y en pleno debate sobre la conveniencia del uso de los móviles en niños y adolescentes, el INE ha difundido nuevos datos que prueban que los jóvenes que ya nacieron hiperconectados parecen no concebir la vida sin un smartphone.
Concretamente, el estudio señala que más del 90% de los jóvenes de 14 años tiene uno, mientras uno de cada cuatro niños y niñas lo tienen a los diez.
Además, a los 11 casi la mitad tiene uno de estos dispositivos: un 45,7%, tras haber visto este porcentaje incrementado de manera exponencial desde los últimos datos recabados.
Más allá, para muchos padres, es el paso al instituto, los 12 años, el momento elegido para darles a los menores el primer teléfono, algo que también se destaca en los datos: a esa edad ya son un 72% los que están conectados.
Con 14 y 15 años ya se puede hablar de un uso mayoritario del teléfono en los menores de esta franja, con unos porcentajes de un 94,1% y un 94,8% de menores con móvil, respectivamente.
Para algunos expertos, no obstante, sigue siendo muy pronto: “Es el momento más importante de establecer una relación con el otro”, señala Esperanza Pérez, psicóloga clínica, en declaraciones a Informativos Telecinco.
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