El detenido por el crimen de Elisa en su primera declaración: “Sentí una pulsión asesina al verla”

  • Roger Serafín Rodríguez se declaró culpable ante la Guardia Civil pero dice no ser capaz de explicar por qué lo hizo

  • El detenido se mostró arrepentido, pero no concretó si pensó en entregarse a lo largo de estos diez años

  • La jueza encargada del caso ha enviado al detenido a prisión comunicada y sin fianza

Roger Serafín Rodríguez, vecino de Narón de 49 años de edad, regresaba de una jornada dominical de caza cuando, a su paso por la parroquia cabanesa de Lavandeira, se cruzó con Elisa Abruñedo y decidió detener su vehículo. El resto de la historia se la saben de memoria los vecinos y vecinas de la comarca: violó y acuchilló a esta madre de familia hasta acabar con su vida.

Sucedió en septiembre de 2013, y diez años y un mes después, tras una laboriosa investigación, la Guardia Civil lo detuvo y lo sometió a un largo interrogatorio, del que han trascendido algunas de las más escalofriantes declaraciones.

Sobre lo que sucedió aquella fatal tarde de domingo, Roger Serafín ha declarado que “volvía de una batida de caza, la vi y la cogí”, a lo que ha añadido “quiero confesar y acabar con esto cuanto antes”.

Serafín añade, refiriéndose a su víctima, que “sintió una pulsión asesina al verla”.

Estas declaraciones, que han trascendido en la prensa local, las hizo en presencia de su abogada de oficio, que declinó seguir defendiendo al acusado.

El asesino confeso de Elisa se mostró arrepentido ante la jueza

Según podemos leer en la misma cabecera, este jueves por la mañana Roger Serafín entró en la sala del juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol “decidido a mantener su versión de culpabilidad ante la jueza y la fiscala que llevan el caso” sin embargo no ha explicado todavía el motivo que lo llevó a cometer ese crimen atroz.

En su primera declaración Roger Serafín aseguró que “no la llevó a ningún lugar, solo la empujó y la arrastró hasta un área apartada, un poco alejada de la cuneta”.

El detenido se declaró culpable y arrepentido, pero no concretó si pensó en entregarse a lo largo de estos diez años en los que siguió acudiendo a batidas de caza los domingos, muchas celebradas en la misma localidad en la que acabó con la vida de Elisa.

También aseguró sentirse preocupado por su familia, citando en concreto a su padre y a su hermano, que con su entrada en prisión no contarán con ingresos económicos al no contar con trabajo ninguno de los dos.

Tras siete horas de declaración la jueza encargada del caso lo ha enviado a prisión comunicada y sin fianza por lo que ya ha sido trasladado a la cárcel de Teixeiro, en Curtis.