Magdalena de Portuondo fue en el siglo XVIII “una mujer de armas tomar” que se atrevió a enfrentarse a las todopoderosas cofradías de pescadores y logró acabar con el monopolio del escabeche. Divorciada del que había sido su marido, al que denunció por malos tratos, esta vizcaína de Mundaka se enfrentó a bulos y “mala fama” para conseguir la libertad en el mundo de la conserva y para que aquellos hombres que la habían difamado, “acabaran más tarde dándole la razón”.
A lo largo de cinco siglos de oficio, en las fábricas de la costa vasca, cientos de mujeres como ella han trabajado en la industria de la conserva, como meras jornaleras “desmigando bonito y anchoas”, pero también como empresarias ya en el siglo XVI.
Las conserveras protagonizan este año la exposición con la que Vizcaya pretende "reivindicar y visibilizar" los trabajos realizados por mujeres y que, en 2024, se centró en el oficio de cargueras portuarias. La muestra podrá visitarse hasta el 25 de abril en las Juntas Generales de Bizkaia, en Bilbao.
María Pérez de Yarza, por ejemplo, se puso al frente del negocio familiar al quedarse viuda, Rafaela de Amezketa y su madre María Simón de la Rentería, lo mismo “vendían hierro en Ondarroa que escabeche en Lekeitio, eran empresarias auténticas”.
A pesar de que entonces, ellas no tuvieron que lidiar con la desigualdad, “estaban perfectamente vistas”, “se asociaban hombres y mujeres como socios capitalistas” y “los sueldos era los mismos para hombres que para mujeres”, según detalla la historiadora María Romano Vallejo. Posteriormente, el velo de la invisibilidad logró que fueran olvidadas. O casi. Porque María Romano y Amaia Apraiz Sahagún han buceado en los archivos para rescatar del olvido la aportación de estas mujeres a la historia.
La sala de exposiciones de las JJGG de Bizkaia acoge hasta el próximo 25 de abril esta muestra sobre el oficio de las conserveras que reúne fotografías, documentos, la reproducción de un cuadro, un vídeo con testimonios y diferentes utensilios como herramientas de trabajo, redes, cestos o ropa. La exposición ‘De vocación: conservera’, muestra “la contribución real de las mujeres en nuestra historia”.
Con la celebración el 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer, esta exposición homenajea a "mujeres que con su fuerza, tesón y determinación se convirtieron durante siglos, sin saberlo, en piezas fundamentales del desarrollo económico de Vizcaya, pese a que su trabajo fue, como en el caso de otros oficios en los que la mujer jugó un papel crucial, largamente invisibilizado por la sociedad", han apuntado desde las Juntas Generales.
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