Cuando los vecinos disimuladamente meten comida en la mochila de tu hija para que no pase hambre tú, como madre, tienes que hacer cualquier cosa para darle de comer a tu pequeña. Es la historia de Sonia, una mujer que de la noche a la mañana se encontró sin trabajo, sola con su hija y con un doloroso pasado a sus espaldas.
Sonia es una mujer poderosa que tras pasar por el infierno de los malos tratos supo reinventarse por completo y salir adelante a base de esfuerzo y sacrificio. Sonia, pese a que sentía miedo incluso a adelantar camiones, se apuntó a una autoescuela y se sacó el carnet, y ahora es una más del gremio de los camioneros: “Vi un folleto de camioneros en el que ofrecían trabajo y pensé que por qué no, me apunté a una autoescuela sin dinero y la directora me lo fio, confió en mí y me dejó sacármelo sin pagar, le devolví el dinero cuando comencé a trabajar”.
Carme Chaparro ha pasado un día con Sonia en su camión y ha descubierto cómo es la vida de alguien que pasa su jornada en la carretera y en un mundo de hombres. Aunque Sonia es de las pocas mujeres camionera de nuestro país, ella se siente una más: “Cuando me subo a mi camión me siento la mujer más poderosa del mundo, lo tengo todo a mis pies”.
Sonia no solo dejó atrás el mundo de palizas y penurias en el que estaba anclada, si no que además encontró el verdadero amor en uno de los compañeros de profesión: “Javier me ha devuelto la sonrisa, la felicidad”.