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Los vecinos de la calle Don Tello, de Gernika (Vizcaya) llevan 120 noches aguantando los ruidos de la maquinaria pesada trabajando en la base logística de Eusko Trenbide Sarea (ETS). “Seguimos sin poder dormir, con nuestras casas transformadas en campamentos de emergencia, con colchones en pasillos, salas, baños”, se quejan.
El ruido “inaguantable” que soportan los residentes de esta calle “supera, tal y como hemos sabido extraoficialmente, el límite legal de decibelios”, en muchos momentos de la noche, “por encima de 80 decibelios”, lo que “corroboran una vez más la ilegalidad de la actividad de ETS”.
Denuncian que el ente público, creado por el Gobierno Vasco para reordenar el sector ferroviario de Euskadi, “ha convertido este espacio en un taller industrial”. Se sienten ninguneados y lamentan que ante sus quejas hayan tenido que aguantar “sugerencias sarcásticas” como que “la solución sería derribar nuestras casas”. Ante esta situación han decidido recurrir a la vía judicial.
ETS arrancó a principios de año las obras para mejorar el ramal entre Bermeo y Amorebieta. Unos trabajos que desarrollan en esta céntrica base logística, rodeada de viviendas a escasos metros, entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.
El pasado mes de marzo, los vecinos creyeron que, por fin, alguien les escuchaba cuando tras el pleno municipal celebrado el 27 de marzo, los ediles de todos los partidos políticos de Gernika-Lumo acordaron por unanimidad responsabilizarse y tomar medidas de vigilancia y actuación en relación con la actividad industrial que realiza ETS detrás de la calle don Tello. Tres meses después de aquel pleno, “seguimos viviendo un infierno cada noche, soportando un nivel de ruido inaceptable”, lamentan.
La situación, lejos de mejorar, de hecho, ha empeorado, ya que como explican los residentes de esta zona del municipio vizcaíno, “en muchas ocasiones ni siquiera hay descanso durante el fin de semana”.
Los 120 días que llevan sin pegar ojo, desde el pasado mes de enero, han sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de estos ciudadanos que vienen reclamando desde 2012 que “saquen la plataforma logística fuera de Gernika”.
Hartos de tener que tomar pastillas para dormir o verse obligados a redistribuir sus hogares para alejarse lo máximo posible de las estancias más expuestas al ruido, han decidido interponer un doble recurso contencioso-administrativo de amparo de derechos fundamentales contra la actuación del Ayuntamiento de Gernika-Lumo y de ETS.
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