La Ertzaintza podrá entrar al centro de menores de Sopuerta, en Vizcaya, para prevenir y controlar los incidentes

Los peores temores de quienes se oponían a que el palacio de Quintana en Sopuerta (Vizcaya) se reconvirtiera en un centro de menores no acompañados parecen haberse hecho realidad. La agresión a dos trabajadoras la semana pasada se suma a otros altercados provocados, al parecer, por un grupo reducido de chavales. Ante la apertura de este centro de acogida, un vecino de esta localidad de Las Encartaciones (Vizcaya) llegó a ofrecer un millón de euros para hacerse con el inmueble.

Los incidentes registrados en las pocas semanas que el centro lleva abierto, han llevado a la Diputación de Vizcaya a permitir que la Ertzaintza entre al palacio para actuar en el caso de que se produzcan nuevos incidentes. Pero no solo eso, los agentes tendrán una llave de las instalaciones y realizarán visitas con carácter preventivo.

Pese al rechazo vecinal, el centro abrió sus puertas con capacidad para acoger a una treintena de menores extranjeros, entre 14 y 18 años. Según publica El Correo, en la actualidad hay acogidos unos 35 adolescentes, la mayoría de los cuales residen pacíficamente y no generan problemas.

Pero los altercados provocados por un grupo reducido de menores han generado alarma social en la localidad e incluso, los sanitarios de las ambulancias que cubren Las Encartaciones se negaron a realizar traslados desde el centro de menores de Sopuerta si no contaban con el apoyo de la Ertzaintza.

Además de la agresión a dos trabajadores, los más conflictivos protagonizaron un altercado en el interior del palacete que se saldó con numerosos destrozos, entre ellos, la rotura de ventanas del palacete. Cuando llegó la Ertzaintza uno de ellos se enfrentó a un agente y fue arrestado por atentado a la autoridad. Fuera de los muros y de los terrenos de este centro de acogida, los vecinos también han denunciado la creciente inseguridad en el municipio desde que estos adolescentes viven aquí. Entre otros, se denunció el robo de un teléfono móvil por parte de alguno de estos chavales.

La institución foral vizcaína insiste en su obligación de atender a estos menores extranjeros no acompañados y con la decisión de permitir el acceso de la Policía Vasca al interior del recinto esperan controlar los incidentes que se vienen registrando.

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