16.000 millones de litros de agua. Esa es la cantidad que ha acumulado en solo 24 horas el pantano de Ullibarri-Gamboa, en Álava, hasta alcanzar casi el 89 por ciento de su capacidad. De madrugada, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha dado luz verde a iniciar el desembalse de agua de forma controlado con la apertura de dos de sus siete compuertas.
El alavés ha sido el primero, pero no es el único embalse vasco que se ha visto obligado a desembalsar agua. Tras Ullibarri-Gamboa, es el pantano de Añarbe, que ha superado el 90% de su capacidad, el que ha optado por desalojar agua de manera controlada. Una decisión que se ha tomado cuando el nivel del río Urumea ha descendido. Las fuertes lluvias han llenado el embalse más grande del País Vasco y provocado que los ríos no resistieran y se desbordaran en varios puntos de Euskadi.
El ritmo de vertido en el pantano alavés es de 17,7 metros cúbicos por segundo y se realiza con un ojo puesto en el río Zadorra pendientes del riesgo de que el desembalse provoque una nueva crecida del caudal que lleve a inundaciones.
Durante las 24 horas en las que ha llovido de forma persistente, han entrado en el embalse 16 hm/3, el equivalente al consumo anual de toda la ciudad de Vitoria.
El pantano de Ullibarri-Gamboa se convirtió durante esas 24 horas en un perfecto recipiente para almacenar toda el agua que caía y evitar que crecieron aún más los caudales de los ríos aguas abajo. Aun así, tras las intensas precipitaciones que han caído en Euskadi desde el pasado lunes, se registraron numerosas incidencias. En concreto, en Álava fueron los ríos Batán y Zadorra los que se desbordaron en algunos puntos de su recorrido y provocaron inundaciones, balsas, cortes de tráfico y desalojos.
El Gobierno vasco activó la noche del lunes 26 el Plan Especial de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones de Euskadi en fase de alerta y 24 horas después lo desactivó, salvo la cuenca del Zadorra donde aún se mantenía el riesgo de desbordamientos. Sin embargo, esta pasada madrugada Euskalmet confirmó que el nivel del caudal del Zadorra había descendido y que, por tanto, esta cuenca estaba ya fuera de peligro, por lo que la Confederación Hidrográfica del Ebro optó por iniciar el vertido.
A las seis de la tarde del lunes, el embalse de Ullibarri estaba al 79% de su capacidad, por lo que no llegaba a la cota de desembalse. Este miércoles 28, a primera hora de la mañana, ha llegado al 88,9 por ciento, y sigue subiendo pese a iniciar el desembalse. En el embalse de Urrunaga, también la entrada de grandes cantidades de agua en pocas horas ha hecho que el pantano pase del 75 por ciento al 88,6 por ciento.
Otro pantano que ha comenzado a desembalsar agua acumulada es el de Añarbe, que ha llegado a superar el 90 por ciento de su capacidad y que tras confirmar que el nivel del río Urumea lo permite y no entraña riesgo, ha comenzado su vaciado controlado.
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