España ha sufrido los efectos de la borrasca Mónica, que ha traído nieve y lluvia a gran parte del territorio, sobre todo al norte. Las comunidades de Asturias, Galicia, Cantabria, País Vasco y Aragón han sido las más afectadas por el temporal, que ha complicado la circulación por las carreteras.
La Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa en Asturias han registrado las nevadas más copiosas, con hasta 25 centímetros de espesor a partir de los 1.000 metros de altitud. En el suroccidente asturiano, la nieve ha caído hasta los 900 metros, con espesores de hasta 8 centímetros. Las estaciones de esquí de Fuentes de Invierno y Valgrande-Pajares han podido abrir finalmente, tras haber permanecido cerradas durante meses por la falta de nieve.
También en el sur del país, las Sierras Tejeda y Almijara, en la provincia de Málaga, se han teñido de blanco por la nieve. Esta es la segunda vez en el año que se observa esta imagen invernal, que se había vuelto rara por la sequía y el aumento de las temperaturas.
La nieve también ha dificultado el paso por los cruces fronterizos con Francia en Aragón, como el Portalet y Somport, donde se ha cortado el tráfico de vehículos. La carretera N-330 desde Canfranc hasta la frontera por el túnel transfronterizo de Somport, así como la N-330a en la frontera francesa, se han cerrado por las fuertes nevadas.
El martes, la nieve causó atascos y dificultades de circulación en varias vías en las carreteras de Huesca. Las condiciones de carreteras como Lanuza, Cerler, el Pueyo de Jaca, Hecho, Candanchú, Canfranc Estación y Bernués exigieron el uso de cadenas o neumáticos de invierno y se tuvo que prohibir el paso de camiones y vehículos articulados durante varias horas del día.
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