Hace 110 años abría en Gernika la fábrica Los Pirineos, la primera de España en comercializar leche condensada. En sus modernas instalaciones, cuarenta trabajadoras transformaron durante treinta años la leche recogida en los caseríos en deliciosa leche condensada y mantequilla.
De aquella factoría pionera, hoy en día, solo se mantiene el depósito de agua. Y no es una cuestión baladí, porque ese tanque es de lo poco que quedó en pie tras los bombardeos con los que, en 1937, la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria italiana asolaron Gernika (Bizkaia).
Las bombas no pudieron derribarlo, pero ahora tal vez lo logren unas simples excavadoras. La cadena de supermercados Lidl planea ampliar sus instalaciones de la calle Goikoibarra y para ello, ha adquirido los terrenos de la antigua fábrica lechera. En sus planes no entra el mantener este viejo depósito de agua convertido en símbolo de la memoria colectiva de este municipio vizcaíno.
Esa estructura de hormigón y metal de 12 metros de altura que, “a primera vista, podría parecer insignificante”, es para muchos en Gernika un vestigio de su pasado y un testigo del ataque nazi que “prácticamente hizo desaparecer el pueblo” hace ahora 86 años.
Las intenciones de la cadena alemana de ampliar la tienda de Goikoibarra y demoler el tanque de agua recibieron el visto bueno del consistorio, pero Lidl no contaba con que tendría en frente a los nietos de los supervivientes del bombardeo de 1937, la asociación 'Lobak': “Iban a tirarlo hace tres o cuatro semanas y aún sigue en pie”, se felicita Oier Plaza, aunque duda de si serán capaces finalmente de salvarlo, no piensan parar en su lucha. “La responsabilidad es del Ayuntamiento por no proteger el patrimonio anterior al bombardeo”, protesta Plaza.
'Lobak' pide que se evite el derribo y que se mantengan estas estructuras anteriores al ataque aéreo que logró arrasar el 85% de los edificios de la villa foral aquel 26 de abril. “El pueblo prácticamente desapareció y aquello que logró quedar en pie tiene trascendencia”, argumentan.
Lidl tiene la sartén por el mango, pero el Ayuntamiento “ha reculado porque no le dio valor en su momento”. Así, ambos han propuesto una solución intermedia: “Lo que van a hacer es salvar la parte de arriba del depósito, solo la cisterna, y moverla de sitio”. Una propuesta que no convence a ‘Lobak’ porque “tiene valor en su conjunto, casi es mejor no hacer nada”, lo contrario, “sería mutilarlo”, zanjan.
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