El Cantábrico cada vez se parece más al Mediterráneo. La temperatura del agua no deja de subir y ya alcanza unos inauditos 21,2 grados cuando lo habitual a estas alturas del otoño suele rondar los 18,4. De hecho, desde hace 75 años no se registraba una temperatura tan elevada, a excepción del año 2006 cuando subió hasta los 21,3, tan sólo una décima más que ahora.
Lo que está ocurriendo este mes de octubre sigue la tendencia del calentamiento que viene apreciándose en las aguas marinas durante los últimos meses. En el Aquarium donostiarra toman a diario, siempre a las 10 de la mañana, la temperatura del agua y confirman que este pasado septiembre ha sido, con 22,4 grados de media, el mes con las temperaturas más altas de los últimos años.
Este martes 10 de octubre, a las 10 en punto esa temperatura marcaba un hito: 21,2 grados. La más alta desde que se tienen registros, a excepción de los 21,3 alcanzados hace ahora 17 años.
Este calentamiento agrada en general a los bañistas que a 10 de octubre se dan un chapuzón en los arenales donostiarras sin necesidad de contener la respiración por el frescor del agua. Eso sí, también hay los que preferirían volver al agua del cantábrico “tal y como la conocemos de toda la vida, es decir, fría”.
Al margen de gustos, este calentamiento entraña riesgos como que “algunas de nuestras especies, acostumbradas a aguas más frías, terminen emigrando y en nuestros mares empiecen a aparecer otras”, asegura Xabier Lasaga, responsable de marketing del Aquarium donostiarra.
La previsión de quienes entienden de los cambios de temperatura en el mar es que “a partir de la próxima semana empiece a descender”. Se espera que la temperatura del agua de mar en San Sebastián baje a 18.2°C en los próximos 10 días.
El sistema de vigilancia europeo Copernicus ya advirtió a principios de verano de que el calentamiento de las sguas marinas para agosto, septiembre y octubre se saldría de lo habitual.