Para ser felices necesitamos poco. Así lo aseguran algunos de los mayores expertos y divulgadores del momento como el doctor Mario Alonso Puig o la psiquiatra Marian Rojas Estapé. Una de esas pequeñas cosas que pueden ayudar es la meditación, una práctica que ha acompañado a mentes tan célebres como el creador de Apple, Steve Jobs, uno de los mayores defensores de la práctica budista. Quizá a muchos la meditación les quede lejos, les abrume pensar en cerrar los ojos, quedarse quietos (con todo lo rápido que va todo fuera), lejos de pantallas y de todo lo social. Sin embargo, esta práctica iniciada en la India hace millones de años tiene numerosos beneficios comprobados para nuestro cerebro y nuestro estado de ánimo, según abalan estudios de prestigiosas universidades como la de Harvard.
Una de las eminencias en España de la meditación budista es Kiko Pallarés, más conocido por su pseudónimo, Kipa. Este exitoso empresario, tras colgar su traje de ejecutivo, se inició en el mundo de la meditación en el año 1973 y desde entonces, ha estudiado todas las escuelas budistas e hinduistas. Es uno de los referentes para el psicólogo y escritor Rafael Santandreu, que ha escrito el prólogo de su nuevo libro ‘La Respuesta'. Cómo aprendí a ser feliz’ (editorial Oberon), una novela que cuenta, a través de una historia de aventuras y desventuras, todo tipo de técnicas y enseñanzas sobre cómo alcanzar la plenitud, dominando el camino de transformación más estudiado y practicado de todos los tiempos: el antiquísimo arte de la meditación.
Pregunta: Se habla mucho de la meditación, pero ¿cuál es realmente la meditación budista? ¿Qué elementos son importantes en ella?
Respuesta: Dentro del abordaje budista se podría decir que hay tres tipos de meditación: la Anapana o samatha también conocidas como calma metal, que se centra en la respiración. La segunda es Metta Bhavana o Tong-Leng, que desarrollan el amor incondicional, y la tercera, y a la vez la más importante, la Vipassana. Hay sutras (enseñanzas) atribuidas al BUDA que describen cada una de ellas, uno de los más importantes es el Satiphatthana sutta. En mi libro doy una especial importancia a esta última. El elemento importante en la meditación no es la concentración, sino la atención, ha de ser relajada, es decir, poner la máxima atención acompaña de la máxima relajación.
P: ¿Cómo podemos iniciarnos en esta práctica milenaria? ¿Por dónde empezamos?
R: Los seguidores del Dharma nos consideramos más estudiantes que discípulos, esa es la actitud frente al Dharma, y el estudio consiste en obtener información por diferentes medios, hoy en día tenemos muchísimos libros, vídeos y redes sociales sobre el Dharma que nos pueden orientar para poder elegir que camino dentro del Dharma es el más adecuado para nuestro entendimiento. También tenemos a nuestro alcance centros de enseñanza del Dharma donde poder orientarnos, en los cuales imparten enseñanzas y orientaciones.
P: ¿Cuáles son los grandes maestros de la meditación budista?
R: Esta pregunta podría tener una respuesta sin fin, ya que como sabes la práctica budista se centra principalmente en la meditación, y esta práctica se inició hace más de dos mil seiscientos años y se extendió por toda Asía con diferentes escuelas, tradiciones y linajes, con lo cual existieron y existen innumerables maestros de meditación en cada una de ellas. Hablar de grandes maestros sería una conversación interminable, sin embargo, todos ellos, sin excepción, tenían y tienen un maestro común y este sería BUuda.
P: Para tener una respuesta necesitamos una pregunta: ¿qué pregunta te hiciste tú para llegar a la meditación y a escribir este libro?
R: Mi pregunta fue y sigue siendo “¿Que me estoy perdiendo?“. “¿Cuál es la pieza que tengo que incorporar en mi día a día para ir más allá de mis pensamientos condicionados?“. La intencionalidad del libro es, que por medio de un relato novelado, el lector pueda identificarse con las preguntas en la búsqueda de ‘La Respuesta’.
P: ¿Qué pasó en tu vida para que dejaras el mundo empresarial para dedicarte a la meditación? ¿Por qué actualmente son dos mundos incompatibles?
R: No dejé nada, bien al contrario incorporé el Dharma en mi día a día ya que mis preguntas estaban en ese día a día. Para mí nunca ha sido una renuncia sino una elección. En un principio, lo quise incorporar con mucho entusiasmo, sin embargo con poco realismo con lo cual las barreras eran infranqueables, pero poco a poco a pequeñas dosis de tiempo y amabilidad, lo incorporé en mi vida, llegando a ser el elemento importante de mi vida. Respondiendo de forma directa a tu pregunta. No hay dos mundos.
P: El protagonista de tu libro se marcha a Tailandia para hallar respuestas. ¿El viaje es importante para encontrarnos con nosotros mismos? ¿Qué encuentra allí que le cambia la vida?
R: Ten presente que estamos hablando de una novela donde hay acción y aventura, dentro de la novela el viaje a Tailandia simboliza el viaje interior, en ‘La Respuesta’ a tu pregunta, quiero decir que para hallar esa respuesta no tienes porque coger un avión o convertirte en ermitaño, si las preguntas surgen en un entorno la respuesta está sin duda en el mismo entorno, por ello el viaje es importante, pero hacia tu interior con honestidad y amabilidad.
P: ¿Qué es para ti la felicidad?
R: Para mí está claro que la felicidad no tiene dependencia, es decir, que para ser feliz no tienes que depender de tener o no algo determinado, porque ya lo tienes. En mi Libro ‘La Respuesta’, explico la historia del ciervo almizclero, este se pasa toda su vida buscando el olor del almizque, lo busca incansablemente por todas partes, cuando el almizque está depositado en su ombligo. Con ello, quiero decir igual manera, la tan buscada felicidad está dentro de ti y no es un sentimiento ni una sensación es el encuentro y la compresión con tu verdadera esencia no condicionada.
P: ¿Puede ser la meditación una clave para encontrar la felicidad? ¿Por qué lo crees?
R: ¿Y por qué no? La meditación es la autoobservación ecuánime de todos los procesos tanto psíquicos como físicos, eso te da la experiencia de una abertura en la visión y compresión de ti mismo, es decir, que tu conciencia se amplía. En mi época de juventud había un anuncio en la televisión cuyo eslogan era “busqué compare y si encuentra algo mejor, ¡cómprelo!”. Este es mi único consejo.
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