El negacionismo no gana adeptos en España. El 67% de los españoles cree que el cambio climático se debe a la actividad humana, frente al 18% que lo achaca a un proceso natural. Dos de cada tres ciudadanos creen que la Ciencia puede explicar la gran mayoría de las cosas importantes, en contraste con el 33% cree que el universo fue creado por Dios, según un estudio sobre creencias y prácticas alternativas realizado por la Fundación BBVA. La información en vídeo del periodista Juan Tejón.
El 18% de los españoles cree que el cambio climático es consecuencia de un proceso natural de la Tierra, frente al 67% que atribuye su origen a la actividad humana y un 14% que cree que se debe a ambas cosas.
La encuesta telefónica a 2.013 individuos, representativos de la población española mayor de 18 años, realizada en diciembre de 2024 ha revelado que los negacionistas no tienen tantos adeptos como ellos hacen creer con su ruido en redes.
La encuesta revela que existe confianza generalizada en el potencial explicativo de la ciencia: Dos de cada tres ciudadanos creen que la gran mayoría de las cosas importantes pueden ser explicadas por la ciencia ahora o podrán serlo en el futuro, frente a uno de cada tres que cree que hay muchas cosas importantes que la Ciencia no puede ni podrá explicar.
También hay acuerdo general respecto a los atributos cognoscitivos de la ciencia, siendo percibida como el conocimiento más objetivo (media de acuerdo de 8,0 en una escala de 0 a 10), fiable (7,4), con capacidad de separar lo que verdadero de lo que es falso (6,9).
La visión sobre el origen del cambio climático se acentúa entre las mujeres, los jóvenes, quienes tienen un nivel bajo de religiosidad, quienes se identifican ideológicamente con la izquierda y entre quienes confían en mayor medida en el valor explicativo de la ciencia. Por el contrario, quienes lo conciben como un proceso natural de la Tierra asciende casi a un tercio entre quienes se identifican ideológicamente con las posiciones más extremas de la derecha.
El estudio señala que, aunque algo más de la mitad de los españoles dice pertenecer a una religión (el 53%) y, dentro de ese grupo, el 86% declara pertenecer a la religión católica, el nivel de religiosidad de la población española "es muy bajo" (media de 3,7 en una escala de 0 a 10, con casi el 40% en la posición más baja de la escala, 0-2).
Casi la mitad de los españoles cree en la existencia de Dios, el 38% cree en el pecado y alrededor de un tercio cree en la vida en otro mundo después de la muerte, los milagros, el cielo y los libros sagrados. Un segmento más pequeño de alrededor del 20% cree en la reencarnación, el demonio y en el infierno.
Respecto a una creencia de la narrativa religiosa en colisión potencial con la ciencia, como es el origen del universo o el origen del ser humano, el estudio refleja que los españoles se decantan por la visión ofrecida por el conocimiento científico.
El 78% cree en la explicación evolucionista del origen de los seres humanos frente al 33% que cree que el universo fue creado por Dios o por un ser supremo espiritual.
La gran mayoría de la población adulta en España atribuye una gran importancia a la hora de tomar decisiones importantes a la experiencia y el sentido común (un 94% manifiesta que se guía por esos criterios). Junto a la experiencia previa, aparecen en un lugar predominante la información científica (82%) y el análisis racional de la situación (77%).
Con un peso también muy alto, aparecen aspectos distintos, en principio compatibles con la racionalidad, como los sentimientos y emociones (el 77% declara guiarse mucho o bastante por ellos), la intuición (75%) y, en menor medida, la primera impresión (55%).
Otro vector de importancia en el proceso de toma personal de decisiones es la influencia social a través de varias facetas y cristalizaciones. En particular, las opiniones del grupo de pertenencia o allegados (64%) son tenidas en cuenta, pero, al menos declarativamente, no lo que piensa la mayoría de la sociedad (15%). Otro factor relevante lo constituyen las costumbres y tradiciones (53%).
En un punto medio, casi la mitad de los españoles declara tener en cuenta en sus decisiones las recomendaciones de las autoridades (49%). Las creencias religiosas (23%) y las convicciones políticas (25%) quedan relegadas a un lugar de menor importancia, "quizás porque muchas de las decisiones personales desbordan las esferas de la religión y la política". Se declara también atribuir un valor modesto a la información proporcionada por los medios de comunicación (23%) y todavía menor a las redes sociales (11%).
A pesar de que algunos resultados pueden indicar lo contrario, la gran mayoría de los ciudadanos rechaza que los astros y planetas influyan en la vida diaria de las personas (el 30% declara que cree en esto). Además confían en las vacunas y en los tratamientos psiquiátricos.
En cuanto a enfoques alternativos en el campo de la salud, como la creencia en los curanderos para tratar enfermedades graves, alcanza un 13%. Además, el 30% cree en la visita de extraterrestres a la Tierra, el 14% que el ser humano no ha llegado a la Luna y el 4% que la Tierra es plana.
Por otro lado, la existencia de tratamientos alternativos a la medicina convencional, como la homeopatía, el reiki o la reflexología no son tenidas por la mayoría de la población como un recurso de elección para el tratamiento de problemas de la salud, siendo además algunos de ellos desconocidos para colectivos muy amplios, como es el caso del ayurveda (el 68% no sabe lo que es) y, en menor medida el reiki (el 37%) o la reflexología (el 30%).
No obstante, la homeopatía es utilizada por un 21% de los españoles (19% de forma esporádica y un 2% de manera habitual). Le sigue la reflexología con un 14% (12% y 2%), el reiki con un 8% (7% y 1%) y el ayurveda un 3%. En su conjunto, el 31% de los españoles ha utilizado al menos esporádicamente alguna de estas cuatro prácticas.
Además de la confianza general en la medicina, los españoles confían en la utilidad de los tratamientos ofrecidos por la psiquiatría y se valora muy positivamente el papel de las vacunas.
Por otro lado, prácticas complementarias, como la meditación o el yoga, aunque practicadas por segmentos acotados (el 28% y el 16% respectivamente), obtienen un posicionamiento favorable entre los ciudadanos y generan un alto nivel de confianza en cuanto a su utilidad para el bienestar general. La acupuntura y, especialmente, la homeopatía merecen un bajo nivel de confianza.
La confianza en las vacunas y la psiquiatría es trasversal y se acentúa aún más entre los más jóvenes, los que tienen estudios superiores, bajo nivel de religiosidad, creen en el poder explicativo de la ciencia y se declaran ideológicamente de izquierdas.
La meditación genera más confianza entre las mujeres y en relación inversa a la edad, mientras que la confianza en la homeopatía es mayor también entre las mujeres y los adultos de 45 a 64 años.
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