Es habitual que las emociones aparezcan y desaparezcan en distintos momentos vitales. Y, claro, la Navidad no iba a ser menos. Los sentimientos de tristeza o nostalgia florecen en estas fechas donde se fomenta una socialización más privada o íntima. Todo se plantea en grupo, en familia…, en definitiva: en comunidad. Y aquellas personas que no se integran en esta propuesta, responden emocionalmente de una forma antagónica a lo que se espera, o sea, tristes.
¿Por qué nos sucede? Mariola Fernández, profesora de Psicología en la Universidad Europea, subraya que es importante entender que "esto no es un problema. Sencillamente es una realidad que tiene explicación, y sobre la que se puede intervenir si la persona que la vive lo cree necesario".
"En mi opinión, el aislamiento es la premisa básica que acompaña a esta emoción. No es lo mismo estar solo que aislado. Y, en un entorno que ofrece propuestas distintas a las que la persona quiere vivir, hay una tendencia al aislamiento, como proceso existencial. Es decir, si alguien no vive la realidad espiritual y comercial de la Navidad, es probable que no quiera formar parte del ese día a día. Por tanto, se aparta o se aísla de ese entorno. Y, como no es algo puntual, sino que dura semanas o varios meses, su sistema límbico responde generando emociones propias de ese comportamiento, tales como la tristeza", explica.
También se da la perspectiva contraria de aquellos que "se encuentran solos y que sí querrían estar acompañados. En su conversación consigo mismos se hace más patente el hecho de no estar en compañía y eso les genera tristeza. Las personas se preguntan qué han hecho a lo largo de su vida. O se cuestionan su importancia como miembro de la familia".
En personas mayores, uno de los perfiles que se suelen sentir más solos, Mariola Fernández recomienda: "Hacerles sentir incluidos, con acciones como llamadas de teléfono regulares, cartas o invitarlos a pasar tiempo contigo, si es posible. La clave está en crear momentos significativos que combatan la sensación de soledad".
La especialista apunta que es más propenso a experimentar esta emoción durante estas fechas aquellas personas que han experimentado una pérdida recientemente. Los recuerdos suelen aparecer en épocas señalas, y "si bien depende del momento en el que se encuentre el proceso de duelo por la pérdida, emociones como la nostalgia, la tristeza, el enfado o la rabia, son habituales en estos periodos".
También puede suceder algo parecido para quienes esta época ha dejado de ser importante. "O para una persona depresiva este periodo puede ser un episodio que incida en sus emociones porque sus pensamientos se negativicen algo más; aunque, también puede ocurrir lo contrario. Si son momentos familiares en los que se integra, sus pensamientos pueden ser más esperanzadores".
Para lidiar con la 'tristeza navideña', la psicóloga aconseja las conexiones digitales como videollamadas, participar en actividades locales (ya sea pueblo o barrio de la ciudad) o iniciativas de voluntariado, que pueden generar una sensación de pertenencia a la sociedad o la red local. Por otra parte, "es importante mantener tradiciones significativas para cada uno, como por ejemplo, decorar o cocinar platos típicos. Y dado el caso, visitar a tu psicóloga puede ser de ayuda para aprender a gestionar las emociones", concluye.
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