El volcán de La Palma ha liberado a la atmósfera en dos meses de actividad tanta cantidad de dióxido de azufre (SO2) como el que emitió la actividad humana en los 28 países de la Unión Europea durante todo 2019. Es el cálculo que han realizado dos de las instituciones científicas que vigilan los gases que expulsa a la atmósfera la erupción, el Instituto Volcanológico de Canarias y la Universidad de Manchester (Reino Unido), con especial seguimiento del SO2.
Si la emisión se compara con igual periodo de tiempo, 59 días, las cantidades liberadas de dióxido de azufre expulsadas por el volcán de Cumbre Vieja multiplican por siete las emitidas por toda la Unión Europea a lo largo de dos meses.
El dióxido de azufre es un gas incoloro, irritante, con un olor penetrante que se comienza a percibir con 0,3 a 1,4 ppm y es perfectamente distinguible a partir de 3 ppm -partes por millón-. Su densidad es el doble que la del aire. No es un gas inflamable, ni explosivo y tiene mucha estabilidad, es muy soluble en agua y en contacto con ella se convierte en ácido sulfúrico. Consiste en un átomo de azufre y dos de oxígeno. Durante su proceso de oxidación en la atmósfera, este gas forma sulfatos. Estos sulfatos forman parte del material particulado PM10. En presencia de humedad el dióxido de azufre forma ácidos en forma de aerosoles y se produce una parte importante del material particulado secundario o fino (PM2.5). El SO2 es el responsable de la lluvia ácida. Tanto la exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del SO2, comportan graves riesgos para la salud ya que éstos pasan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias.
El dióxido de azufre (SO2) también se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica, aumentando la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños. Los asmáticos y las personas con enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) y con problemas cardíacos son los más sensibles a los efectos del SO2.
Lo cierto es que la calidad del aire es uno de los parámetros que más vigilan las autoridades para garantizar la seguridad de los vecinos. En las últimas horas esta estaba siendo desfavorable en Los Llanos y Puntagorda.
De hecho la calidad del aire ha impedido desde que comenzó la erupción del volcán de La Palma que 5.000 alumnos de tres barrios fueran al colegios hasta en tres ocasiones. La última de ellas esta misma semana.