La de ayer fue una jornada para la historia cargada de simbología. El ataúd dio más de un quebradero de cabeza. Por su estado y por su encaje en el helicóptero. En la intimidad, sin cámaras, hubo también momentos de tensión. Los familiares llevaron una bandera preconstitucional, que fue requisada, y algunos incluso, lanzaron insultos contra el gobierno.
La jornada comenzó mirando al cielo. Pendientes de una meterología que acabó permitiendo que el traslado fuera sin contratiempos. A punto estuvo de provocarlos un gesto de Francis Franco, portando una bandera franquista, después requisada, a pesar de que no estaban permitidas banderas ni otros símbolos franquistas.
Para recibirles: Santiago Cantera, prior de la abadía del Valle de los Caídos, mostrando -un día más- su gran complicidad con la familia Franco. Nada que ver con la frialdad, la distancia que en todo momento existió entre los descendientes del dictador y la Ministra de Justicia.
Llegaba el momento de introducir el ataúd y la tarea se complica. Todo ante la atenta mirada de Francis Franco.
Tras la ceremonia privada dentro del panteón, dos momentos: la exhibición por parte de dos bisnietas de Franco de la bandera que cubrió el féretro en 1975 y la tensión del día.