Si todo sigue como hasta ahora, en cinco días se daría por concluida la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma. Así lo ha expresado el Comité Científico del Pevolca, señalando que en ese plazo los datos registrados y observables se deben mantener en los niveles actuales “para poder decir que el proceso eruptivo está finalizado”.
Tras tres meses de actividad, desde el aire hoy impacta la dimensión de la primera fajana formada tras entrar la lava en contacto con el mar, al tiempo en que impresiona la panorámica del edificio volcánico, del que todavía emanan algunos gases de las grietas abiertas en la piel de la montaña.
Todavía, indican los expertos, hay que ser prudentes, dado que hoy mismo han detectado una inesperada señal; una deformación del terreno de seis centímetros en la zona de Jedey, próxima a los centros eruptivos. Los científicos indican que hay que ser muy cautos ante este tipo de hechos. Una deformación es algo que podría preceder a una erupción, pero la buena noticia es que el volcán ya no tiene ni la fuerza ni la presión que tenía hace unas semanas.
Libres ya del rugido del volcán, se perciben ahora con más fuerza las alarmas de los detectores de gases. Sucede “en el interior de las viviendas, principalmente”, como explica Marcos García, capitán de Infantería de la UME, a la que se han unido en las tareas dos unidades de especiales de la Guardia Civil.
Los gases almacenados en el interior de las coladas buscan posibles salidas: “Las arquetas, alcantarillados, etc. No hay que olvidar que las coladas han afectado zonas urbanas”, advierte Raúl Pérez, geólogo de Emergencias del IGME-CSIC.
Preocupa especialmente el monóxido de carbono: “Este gas es muy peligroso, ya que es inoloro y lo que puede producir la muerte dulce de los ciudadanos”, explica Alberto Díaz, de la Unidad de Reconocimiento del Subsuelo de la Guardia Civil.
Las zonas de exclusión más afectadas son La Bombilla y Puerto Naos. En estas áreas “no es aconsejable que la población acceda todavía a ocupar sus viviendas”, como indica Abel Fernández, teniente de la Unidad Técnica NRBQ de la Guardia Civil.
En otros lugares el acceso viene precedido por una inspección exhaustiva y varios minutos de ventilación. El regreso será lento, porque ya son demasiados meses en los que se une la erupción con la pandemia.