La nueva fajana continúa aumentando su tamaño ante la incesante aportación de lava del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, que suma ya 67 días de erupción, superando así en duración a la del de San Antonio, de 1677.
En total, el nuevo delta lávico situado al norte ocupa ya una superficie de 5 hectáreas, mientras se han producido varios desbordamientos en los canales lávicos, aumentando el número de los que se encuentran activos.
Resplandores rojizos ubican la actividad de las coladas. Está especialmente ‘viva’ la que se ubica entre las zonas 4 y 7, ocupando 7 hectáreas más que ayer, cómo han explicado hoy los expertos del Pevolca.
En la nueva fajana, el vertido de cuatro flujos desde un acantilado hace que el delta siga ganando terreno al mar.
Tierra adentro se aprecia como la lava avanza lentamente sobre la orografía escalonada del material volcánico. Cerca del cono se observa un primer curso que se bifurca y se ramifica en varias coladas que discurren entre las montañas de La Laguna y Todoque. Una de ellas ha atravesado como una cicatriz un invernadero y, al otro lado, otro flujo activo ha prendido varias estructuras, amenazando una vivienda.
Sin cesar, las nuevas coladas siguen alimentando los huecos que dejaron las anteriores, y la mayoría confluyen ahí: en el nuevo delta, que no deja de recibir aporte de un volcán que no deja de exhibir, un día más, señales de fortaleza.
Mientras, la nube de cenizas que genera mantiene también al aeropuerto inoperativo, sembrando desesperación en una isla que no deja de luchar y resistir.
Según los datos facilitados por Copernicus, las construcciones afectadas ascienden ya a unas 2.798, de las cuales 2.676 han sido dañadas en su totalidad y 122 en peligro o en riesgo.
En total, 505 personas han tenido que ser albergadas en hoteles.