Se le conoce como el señor del Paralelo. Ángel Lorenzo, Cacón, se trata de un capo de la droga dominicano que se enfrenta a prisión permanente revisable. Junto a él, tres de sus sicarios para los que piden también la máxima pena. Se les acusa de matar a dos compatriotas en un piso del Prat. Pertenecían una banda rival que cometieron la osadía de robarles un cargamento de cocaína. Se llevaron un kilo de marihuana, unos 2.000 euros y un arma. La afrenta se saldó a balazos y los crímenes se sucedieron al puro estilo narco para ajustar las cuentas Otro hombre apareció asesinado en un descampado y siete tiros se llevaron los ocupantes de este coche, en el que hubo dos nuevas víctimas mortales. Se cree que los acusados estaban detrás de todas estas muertes, y también de la de otro dominicano ajusticiado en esta discoteca de Barcelona.
La Audiencia de Barcelona ha empezado este jueves el juicio a estos cuatro miembros de una banda de narcotraficantes acusados de tres asesinatos y un cuarto intento. "Intentarán que no empaticen con las víctimas y ya les digo que, sobre todo con una de las víctimas, es muy difícil empatizar. Estamos ante dos grupos violentos", ha avisado la fiscal al jurado popular que deberá valorar la culpabilidad o inocencia de los acusados. Por su parte, las defensas de los cuatro acusados han afirmado que no tienen ninguna relación con los hechos y han pedido la absolución.
Todo parce indicar, según la Fiscalía, que uno de los socios de los acusados había ayudado a otra banda en el robo en su vivienda. Se citaron con él, lo llevaron a una zona de naves industriales en Sant Joan Despí (Barcelona) y allí, teniéndole "inmovilizado, con las manos ligados a la espalda y con la cabeza cubierta con un saco de tela", presuntamente le ejecutaron con un disparo en la cabeza.
Después, siguiendo su "plan de venganza o castigo" para matar a los implicados en el robo, con la ayuda de uno de los miembros de la banda rival, dos de los acusados entraron en la casa donde había las otras dos víctimas y la novia de uno de ellos, a quien uno de los hombres protegió con su cuerpo y sobrevivió al ataque. "Fue lo que los mejicanos llaman una balacera. Un tiroteo en todo ese comedor porque evidentemente iban a matar a todo el que se encontrara en el interior de ese domicilio", ha explicado la fiscal.