En 1941 el volcán de San Juan causó el temor de los vecinos de la La Palma. Los más ancianos y los expertos vulcanólogos dicen que aquella erupción y la actual tienen similitudes. Tanto entonces como ahora la lava formó un delta al llegar al mar y los vulcanólogos no descartan que ambos se unan.
Un buque, con expertos oceanógrafos, analiza en la zona cómo va avanzando el delta que se está creando sobre el mar y el impacto que deja en el fondo marino la lava del volcán de La Palma. De momento, este buque ha comprobado cómo, además de desprender gases, la lengua de fuego ha elevado la temperatura del agua en la zona 3 grados.
Desde los barcos observan los continuos derrumbes del frontal del delta de lava. Es la manera que tiene el volcán de arrebatarle espacio del mar. “Por su propio peso, como el material además está caliente empuja hacia abajo y eso hace que el frente del delta baje”, explica Juan Tomás Vázquez, geólogo marino.
No obstante, el delta tendrá un límite, la profundidad impedirá la formación de la base y su avance. Solo ensanchará. Eugenio Fraile, oceanógrafo físico cree que llegará a 700 metros de profundidad de forma rápida.
La evolución del delta es la característica en la formación de las Islas Canarias y es semejante a la que resultó de otra erupción, la del volcán de San Juan en 1949. Ubicado también en Cumbre Vieja y con tres bocas con una erupción similar a la actual. La colada de San Juan cayó al mar, en imágenes entonces captadas en blanco y negro.
Desde el aire se puede comprobar lo cerca que están el nuevo delta volcánico y el antiguo. El de San Juan creció dos kilómetros de ancho y uno de largo. Hoy hay plataneras encima y algunas casas construidas por los palmeros.
Ahora la ley es clara, todo el terreno de lava que se gane al mar, es del Estado, concretamente de Costas y los terrenos colindantes a este nuevo espacio protegido pueden ser expropiados.