Elba abre sus puertas a vecinos y periodistas. Es una experta en volcanes y erupciones en la isla de La Palma porque ha vivido las tres últimas. Teme que los cambios del volcán y de la lava la obliguen a dejar su casa y por eso vive con la maleta hecha para salir corriendo
Nuestra compañera Alba Lago ha estado con Elba y ha visto cómo las cenizas y el ruido de las erupciones son sus compañeros diarios. Tras siete días juntos, Elba reconoce estar algo más tranquila por la lejanía de la lava pero está llena de tristeza por los vecinos que sí han visto perder sus casas y negocios arrasados por la lava.
Desde la terraza de su casa ve la boca del volcán arrojar lava, la colada de magma incandescente bajar hacia el mar y ve también todos los destrozos que ha causado esta erución.
Reconoce que cuando comenzó la erupción de Cumbre Vieja y vió lo que pasaba con sus vecinos temió que lo mismo le pasara a ella pero tras varios días se tranquilizó al verse lejos del camino de la lava.
Elba cuenta que cuando la erupción de San Juan tenía dos años y con la del Teneguía, 24. Por eso ahora mira con distancia este nuevo episodio volcánico aunque reconoce que necesita la ayuda de "una pastillita" para poder dormir de un tirón por la noche".