La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a penas de 53, 46 y 8 años de cárcel a los tres miembros de la célula yihadista que cometió los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017, en los que murieron dieciséis personas.
El juicio ha sido uno de los más duros que se recuerdan. Hemos visto a padres recordar entre llantos a sus hijos perdidos, -¿hay dinero suficiente para sacar a mi niño del nicho?- hemos visto a policía hundidos al recordar la caza a uno de los terroristas y las secuelas que dejó todo aquello. Hemos visto a gente que nunca más ha pisado Las Ramblas porque aún recuerda a los muertos. Hemos visto también un abrazo simbólico entre musulmanes y cristianos, porque esos dos días de agosto todos perdimos. Por ver hemos visto a alguno de los asesinos mofándose de sus víctimas antes de morir en el intento.
Mohamed Hichamy, el líder del ataque en Cambrils dejo aquello de “con vuestro dinero lo preparo para mataros. Cada gramo de este hierro se os va a meter en vuestras cabezas o en la de vuestros hijos o mujeres” Abuyaqub quien perpetraría días después la masacre en Las Ramblas. Llega a probarse uno de los chalecos y a bromear con total frivolidad. Tras esas risas y quien graba este video es él, Mohamed Houli el único superviviente de la explosión de la casa de Alcanar y que hoy ha tenido que escuchar su pena: 53 años y seis meses de cárcel. A 46 años ha sido condenado Driss Oukabir por delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia, depósito así como fabricación de sustancia o aparatos explosivos e inflamables de carácter terrorista, y estragos en tentativa de carácter terrorista en concurso con 29 delitos de lesiones por imprudencia grave.
La Audiencia condena al tercero de los acusados, Said Ben Iazza, a 8 años de cárcel por el delito de colaboración con organización terrorista y le impone, además, la inhabilitación absoluta y especial, así como y la prohibición de acercarse a Alcanar durante cinco años desde que cumpla la pena de prisión.
En la vista oral por los atentados en Cataluña el 17 y 18 de agosto de 2017, que dejó 16 víctimas mortales y más de un centenar de heridos, se juzgaba a Mohamed Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Iazza para determinar el grado de implicación de los tres acusados en los atropellos masivos en al Rambla de Barcelona y el paseo marítimo de Cambrils (tarragona).
La Fiscalía de la Audiencia Nacional pedía penas que van entre ocho y 41 años de prisión al entender que, aunque contribuyeron a los objetivos de la célula yihadista, ninguno de los acusados tuvieron una participación directa en los atentados. Por ello, rechazaron acusar por el delito de asesinato terrorista, discrepando así con muchas de las acusaciones particulares y, en particular, con las acusaciones populares --ejercidas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Asociación 11-M--, que solicitaban para Houli Chemlal y Oukabir la pena de prisión permanente revisable.
Para Mohamed Houli Chemlal, el joven que resultó herido en la explosión de la vivienda de Alcanar (Tarragona) un día antes del atropello de la Rambla, el Ministerio Público solicitaba la pena más alta, un total de 41 años de cárcel por los delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia, depósito y fabricación de explosivos, y conspiración para cometer estragos terroristas.
La segunda pena más elevada que reclamaba la fiscal del caso era para Driss Oukabir, hermano de uno de los terroristas abatidos en Cambrils, con 36 años de prisión por los mismos delitos que Houli. Para el tercer procesado, Said Ben Iazza --quien fue detenido en Castellón meses después de los atentados--, se piden 8 años por colaboración con la célula, según consta en el escrito de calificación de penas que la Fiscalía remitió a la Sección Tercera de la Sala de lo Penal antes del juicio.
El juicio arrancó en noviembre de 2020 y se extendió durante 32 sesiones hasta febrero de 2021. En la primera sesión los acusados ya dejaron ver cuál sería su estrategia de defensa durante el juicio, ya que Mohamed Houli Chemlal, único superviviente en la explosión de la vivienda de Alcanar (Tarragona), donde se prepararon los explosivos para atentar, se acogió a su derecho a no declarar, aunque mostró arrepentimiento por lo sucedido e insistió en su colaboración con la justicia. No obstante, los otros dos acusados se limitaron a responder a sus abogados, desmarcándose de la tesis acusatoria de la Fiscalía.