Han bastado tres meses para que Asturias haya pasado de ejemplo nacional en la lucha contra la pandemia de coronavirus en ser la primera región junto con Melilla en reclamar al Gobierno que vuelva a decretar el confinamiento domiciliario para detener la explosión de contagios de la segunda ola de la covid-19.
La explicación hay que buscarla en la incidencia de nuevos casos en el Principado que se han más que triplicado en el último mes y a que el ritmo de contagios además se ha acelerado en las últimas semanas, al igual que la presión hospitalaria, situación que ha llevado a los epidemiólogos ha plantear la adopción de medidas más contundentes.
Según datos oficiales de Sanidad el Principado de Asturias ha pasado de una incidencia de 119 casos por cada cien mil habitantes que había el 29 de septiembre a los 421 a día de hoy. Hace menos de dos semanas la presión asistencial estaba en una situación moderada pasando en la actualidad a una consideración de muy alta, especialmente en camas UCI desde el viernes.
En cuanto a los municipios, Gijón sigue siendo el que tiene la mayor tasa de Asturias(756), mientras que Avilés se sitúa por debajo de la media regional (387), al igual que Oviedo (243), concejos en los que se aprecia cierta estabilización.
A pesar de que Asturias ha ido siempre a la cabeza en la adopción de medidas restrictivas por encima de lo indicado para cada fase en la que ha ido situándose el Principado, los responsables sanitarios están "preocupados" no solo por la evolución de los grandes municipios, sino también por el aumento de la tasa de incidencia entre los mayores de 65 años que alcanza los 554 de media en Asturias, cuando a partir de los 150 ya se considera un nivel "muy alto".
La presión de la pandemia en el sistema sanitario asturiano ha llevado a los responsables del área a ampliar las superficie hospitalaria destinada a atender a los nuevos contagiados.
La incidencia de la enfermedad covid-19 se está notando en los centros de referencia del área sanitaria IV, correspondiente a Oviedo, de tal forma que los gestores sanitarios han decidido ampliar el número de plazas para acoger a los ingresados.
Es el caso del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con capacidad para 42 pacientes o el Monte Naranco que ha abierto una nueva planta covid destinada a atender hasta 22 pacientes más.
El aumento de casos ha impactado también directamente sobre el personal sanitario que ha sufrido un fuerte incremento de médicos y enfermeros afectados así como una sobrecarga asistencial en las UCI.
Los medios de comunicación locales informan sobre el colapso de las UCI así como del agotamiento del personal sanitario que las atiende. Según la Cadena Ser, "en la actualidad, al Hospital Universitario Central de Asturias le queda una cama libre en la UCI 4, el resto están llenas salvo la siete que se destina a pacientes covid-19. En la ocho ya hay ocupadas cinco camas de las 25 disponibles. En total de casi el centenar de camas covid, que dan poco más de 20 libres. La opción de habilitar el gimnasio con otras 35 es una opción que está en estudio pero sobre la que todavía no se ha adoptado una decisión".
Las declaraciones del personal sanitario son aún más estremecedoras al afirmar que los nuevos enfermos "vienen de tres en tres" los que provoca que "nos quedamos sin camas" para atenderles.
El Gobierno asturiano ha tomado conciencia de la gravedad de la situación. Son conscientes de que se ha producido "un cambio de tendencia muy rápida y un rápido incremento, sobre todo esta última semana, de hospitalizaciones y ocupación de las UCI", lo que ha generado "sobrecarga del sistema asistencial y ha obligado a reorganizar los recursos".
Por ello, el Ejecutivo que preside el socialista Adrián Barbón ha decretado el cierre de toda la actividad económica no esencial de la región, entre ellos la hostelería. Además ha reclamado al Ministerio de Sanidad que se apruebe un confinamiento domiciliario "suave" de quince días en la región, similar al de la Fase 1 de la desescalada.