Un acusado de integración en el grupo terrorista Estado Islámico (también llamado DAESH o ISIS) ha negado haber jurado lealtad a la organización y haber planeado la comisión de atentados en España, tras lo cual ha sugerido que el radical puede ser su hermano, que tiene una discapacidad intelectual.
Este acusado, M.H., se enfrenta a una petición fiscal de 12 años de prisión por un delito de integración, los mismos que su hermano, A.H. Ambos llevan casi dos años en prisión, los mismos que un tercer acusado, M.E.F., para quien el Ministerio Público solicita 31 años de cárcel acusado de planificar un atropello masivo en Madrid en fechas navideñas y en nombre del Estado Islámico.
Durante el juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia Nacional, M.H. ha contestado tanto a las preguntas del fiscal como de su abogado, pero ha negado en todo momento pertenecer o aceptar las ideas de la organización terrorista.
Aunque en algunos momentos ha dicho no recordar haber visto determinados contenidos en internet o ha reconocido ver algún vídeo sólo "por curiosidad", para saber "lo que pasa en el mundo árabe", a la mayor parte de las cuestiones ha respondido negando las acusaciones o apuntando que ha podido ser su hermano discapacitado el responsable.
En este sentido, ha explicado que durante "15 ó 20 días" le prestó su teléfono móvil a su hermano y que éste es "como un niño" y "no tiene amigos ni vida social" y se pasaba el día metido en internet a través del móvil o del ordenador de su casa. Incluso ha dicho que pudo enviar dinero a Turquía; en cambio, ha asegurado que adonde mandó dinero él fue a Marruecos, donde vive parte de su familia.
El acusado ha explicado que su vida en España antes de ser detenido en diciembre de 2017 era muy normal, que trabajaba en una bodega y que nunca ha tenido "problema" con esto. También ha subrayado que no iba a la mezquita muy habitualmente, cosa que su hermano sí hacía, aunque no ha sabido decir con cuánta frecuencia.
El hermano de M.H. ha dicho entender las acusaciones que pesan contra él y ha negado el delito que se le imputa, pero ha preferido no contestar a ninguna pregunta, ni a las del Ministerio Público ni a las de su abogado.
En cuanto al principal acusado, M.E.F., sólo ha respondido a su defensa, a la que ha asegurado que "nunca" ha frecuentado mezquitas donde se transmita un discurso radical y que siempre se ha relacionado con "gente normal y corriente". Ha negado haber viajado a zonas de conflicto y ha apuntado que sólo ha viajado a Marruecos, donde vive parte de su familia, y a Francia.
También ha manifestado que es aficionado al fútbol y que fuma y bebe cerveza, que le gusta "el cachondeo", y que sólo va a la mezquita "de vez en cuando", cuando no trabaja. Por eso, ha negado haber radicalizado o instigado a nadie para cometer atentados terroristas.
Sin embargo, la Fiscalía le acusa de "haber adquirido el sustrato ideológico suficiente como para realizar cualquier acción que contribuyese a los fines terroristas perseguidos por el DAESH, a quien había prestado juramento de fidelidad" y de estar "decidido y resuelto a pasar a la acción por haber asumido total y plenamente sus postulados, fines y doctrinas".
Según el escrito de acusación, M.E.F. consideraba a España un "enemigo del califato" lo que hizo surgir en él "la voluntad de atentar" en el país, interés que se vio "cuanto menos, reforzado tras los atentados de Barcelona perpetrados el 17 de agosto de 2017", de modo que "planeó y decidió llevar a término un atropellamiento masivo a perpetrar en una zona céntrica, peatonal y muy concurrida de Madrid: Puerta del Sol y adyacentes, Museo del Prado, Matadero y Museo del Ferrocarril".
La acusación sostiene que su plan era perpetrar el atentado en las navidades del año 2017 "con el objetivo de causar la muerte de forma indiscriminada al mayor número de personas posibles", para lo que "ya se había descargado los mapas de las zonas en que planeaba atentar" y se propuso obtener colaboración de una joven granadina con la que se comunicaba por Facebook y que en realidad, no era quien él pensaba.
Explica que para "ganarse su voluntad y antes de hacerle partícipe de sus planes terroristas", le envió vídeos en los que se observaban atentados en Orlando, París y Londres, así como "numerosas ejecuciones de prisioneros efectuadas por miembros del Estado Islámico".
La Fiscalía sostiene que, en paralelo, hacía proselitismo y adoctriamiento tanto a nivel personal con amigos y familiares como en remoto mediante las redes sociales y servicios de mensajería instantánea, como hizo con un agente encubierto al que contactó pensando que se llamaba Ahmed y al que envió diversa propaganda del Estado Islámico y vídeos violentos.
Así lo ha confirmado durante el juicio el agente de Policía Nacional instructor del atestado, quien ha destacado también la implicación de los dos hermanos en el ideario del Estado Islámico, como lo demuestran, ha afirmado, videos en los que se escucha a M.H. proferir cánticos sobre el martirio y la yihad.
Según el investigador, es "muy usual" que los terroristas del Estado Islámico que van a inmolarse proferir este tipo de cánticos en los que "se están despidiendo" y se incita a otros a llevar a cabo acciones violentas. M.H. se ha defendido asegurando que se trata de una canción "normal" en Marruecos, incluso en celebraciones como bodas, pero que él no comparte lo que se dice en ella.
En cuanto a las anotaciones a mano y en árabe sobre salafismo radical encontradas en la habitación de A.H., el investigador ha indicado que parte de ellas las escribió este acusado, tal y como se desprende de los análisis caligráficos realizados, si bien ha afirmado que estas pruebas han confirmado que algunas no pertenecen a su tipo de letra.