Es verano y a las playas, además de bañistas, también llegan medusas. Es el caso de la playa del Arenal de Jávea, en Alicante, que ha amanecido con una invasión de medusas de la especie 'pelagia noctiluca'. En San Sebastián, la playa Ondarreta ha ondeado la bandera amarilla y la blanca de medusas por la aparición de cuatro carabelas portuguesas.
En esta última se ha producido una picadura, pero "sin consecuencias", Según han informado fuentes del Ayuntamiento donostiarra, los cuatro ejemplares de carabelas portuguesas recogidos en la jornada de este miércoles "son pequeñas" respecto al tamaño de las avistadas otros días.
Este pasado martes también se avistaron cuatro ejemplares de carabelas portuguesas en la zona de Sagüés de la playa de la Zurriola, y dos más en la zona del Kursaal de la Zurriola. En este último caso, una niña sufrió una picadura pero fue atendida "sin complicaciones".
En la playa de Jávea, los bañistas más madrugadores han evitado meterse en el agua. Este tipo de medusas, las 'pelagia noctiluca' son muy urticantes. Nada más rozar sus tentáculos ya se siente un instantáneo escozor. La orilla de la playa está salpicada de estos invertebrados.
La playa de Ondarreta en San Sebastián, está situada en el extremo oeste de la capital donostiarra, al abrigo del monte Igeldo y frente a la isla de Santa Clara, esta playa de fina arena dorada es una de las más elegantes de Gipuzkoa. Tiene 600 metros de longitud y dispone de una variada oferta deportiva.
La playa del Arenal, es la única de arena de la localidad. Con sus 480 metros de longitud, es una playa urbana de aguas poco profundas y arena gruesa. Está situada en el centro de la bahía de Jávea, es el principal núcleo turístico y una de las playas más conocidas y frecuentadas por los bañistas.
Entre los síntomas de su picadura se encuentran la erupción cutánea leve, calambres musculares y dificultad respiratoria, cambios en el pulso, desmayo, dolor en el pecho, dolor abdominal, dolor de cabeza, dolores y espasmos musculares, entumecimiento y debilidad, dolor en brazos y piernas, mancha roja y elevada donde ocurrió la picadura, rinorrea y ojos llorosos, dificultad para deglutir y sudoración.
Tras una picadura, se recomienda aclarar la zona con agua del mar para minimizar la reacción en nuestra piel o en la de la persona que haya sufrido la picadura. Usa unas pinzas o cualquier objeto que tengas a mano para retirar restos de medusa.
Aplicar frío durante unos 15 minutos, pero no directamente, con una toalla o un plástico. Por último, en cuanto al alivio de los síntomas, se puede recurrir a analgésicos y antihistamínicos.
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