Aparece muerta una gigantesca tortuga laúd en la playa de Punta Umbría, Huelva

Los bañistas que este viernes estaban disfrutando de una jornada refrescante en la playa de Punta Umbría (Huelva) se han visto sobresaltados por la aparición de una enorme tortuga laúd muerta. Varios usuarios han compartido imágenes en sus redes sociales.

Isabel, por ejemplo, ha apuntado que el ejemplar era "de grandes dimensiones". Algo que se puede comprobar perfectamente en las fotografías y vídeos que acompañan su publicación. Justo a finales de junio, otra tortuga fue rescatada en Girona.

Aunque en aquel caso la historia fue distinta, también porque estaba viva. En cambio, la avistada en el litoral onubense esta mañana ya había fallecido. Tras avisar al Seprona de la Guardia Civil, agentes han acudido para sacarla del agua.

En colaboración con efectivos de Protección Civil y socorristas que vigilaban en la zona, han logrado extraerla hasta la arena. Su peso era tal que han tenido que utilizar un cable unido a un quad para tirar de ella, mientas varias personas la empujaban.

Numerosos curiosos se han reunido alrededor del animal para captar con sus móviles su gigantesco tamaño. Aunque no debe sorprender, ya que es la especie de tortuga marina más grande del mundo.

Según explica la Fundación CRAM, "sólo se acerca al litoral en época reproductora". Su distribución geográfica es amplia, encontrándose en latitudes más alejadas de aguas tropicales y subtropicales, entre los 71 grados norte y 47 grados sur.

Altamente migratoria y catalogada como vulnerable

Habitante del Océano Atlántico, la laúd se adentra por el Estrecho de Gibraltar, pero su paso por el Mediterráneo "es esporádico". De hecho, en este mar ni siquiera hay constancia de que ponga huevos. Tampoco en la costa peninsular.

Una circunstancia que podría variar debido al cambio climático. Catalogada como especie vulnerable, sí que es "altamente migratoria" y se mueve más por aguas frías. "Es la tortuga que puede soportar las temperaturas más bajas", asegura la Fundación CRAM.

"Gracias a un tejido subcutáneo muy graso, que actúa como aislante", argumenta. Puede llegar a medir hasta "tres metros de largo y pesar hasta 800 kilos". Aunque la media de los ejemplares se queda algo por debajo de estas cifras.

Su alimentación se basa principalmente en medusas de la clase Scyphozoa, además de zooplancton gelatinoso, ctenóforos y salpas. En el mar, puede descender hasta una profundidad de 90 metros.

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