Alerta por el pico de nacimientos de la medusa 'huevo frito' en el Mar Menor

Al igual que ocurrió en 2023, en el Mar Menor se han detectado “multitud de éfiras” de la medusa Cotylorhiza tuberculata, coloquialmente conocida como 'huevo frito' debido a su apariencia.

Así lo establece un informe del Servicio de Pesca y Acuicultura del Gobierno de Murcia citado por ‘La Opinión de Murcia’, que realizó el trabajo de campo el jueves 13 de mayo, un día después de abundantes lluvias.

Concretamente, entre los siete puntos de muestreo, en uno localizaron 1.000, y en cinco de ellos, entre 50 y 500. Detallan que se “está produciendo el pico más potente de nacimientos” y que está siendo como el año anterior “muy duradera”.

Ejemplares de hasta 10 centímetros

Entre los datos presentados en el informe, detallan que hay ejemplares de entre 8 y 10 centímetros y otros de 2 y 4 centímetros, por lo que se corresponden con la estrobilación de hace un mes y de dos semanas, respectivamente.

Además, apuntan que los “niveles de zooplancton son muy bajos”, por lo que gran parte de la población podría morir o tener un crecimiento muy lento, lo que alargaría su ciclo vital como ya ocurrió el año anterior.

La medusa Cotylorhiza tuberculata, coloquialmente conocida como 'huevo frito' alcanza densidades muy elevadas durante los meses de julio y agosto, tiene un ciclo de vida de entre 2 y 6 meses y no es urticante.

Esta especie tiene mecanismos que provocan que su multiplicación no dependa totalmente de la disponibilidad de nutrientes (fitoplancton y zooplancton) en el agua.

¿Qué otras medusas han encontrado?

Además de la Cotylorhiza tuberculata, han detectado, en menor medida, el nacimiento de otras medusas como la Rhizostoma pulmo (aguamala) y con carácter urticante y la Phyllorhiza puntata (la medusa manchada australiana), morfológicamente parecida a la Rhizostoma pulmo, pero con un punteado en la campana.

Las poblaciones de medusas en el Mar Menor no son algo novedoso, ya que desde mediados de la década de los 90 su presencia ha sido constante, y durante algunos periodos, acusada. En 2016 desaparecieron o se encontraron en niveles bajos como consecuencia del oscurecimiento de la columna de agua que impedía llegar la luz al fondo marino y provocaba la muerte de las medusas.

Esta situación se ha prolongado durante los últimos años hasta que en 2021 se empezó a detectar "una tímida recuperación" de las poblaciones, más manifiesta durante 2022. En 2023 volvió a estar niveles tan elevados como los anteriores a los procesos eutróficos de 2016, según especificaron fuentes de la Comunidad. 

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