Rodrigo, uno de los primeros vecinos en alertar sobre la marea de pellets en la costa gallega: "Desastroso"
En las últimas horas se han conocido testimonios sobre la magnitud del desastre ecológico de los pellets en España
Rodrigo, un vecino de la provincia de A Coruña, fue de los primeros en encontrarse los sacos intactos, llenos de esas bolitas de plástico
La crisis de los pellets, en directo | Galicia, Asturias y Cantabria elevan la alerta
En las últimas horas se han conocido testimonios sobre la magnitud del desastre ecológico de los pellets en España. Rodrigo, un vecino de la provincia de A Coruña, fue de los primeros en encontrarse los sacos intactos, llenos de esas pequeñas bolitas de plástico que han despertado la alerta.
Rodrigo ha vuelto esta jornada a la playa donde aparecieron los primeros sacos -sobre las 16:30 horas de la tarde del 13 de diciembre-. El primer avistamiento fue de su amigo. "¿Qué haces en Corrubedo? Le dije. Y me dijo: 'Nada, vengo a sacar unos sacos que dicen que han aparecido'". Él, entonces, decidió acudir a verlo y fotografiarlo: "Estaba todo lleno de bolitas blancas. Eran sacos de 25 kilos. Los saqué y, al levantar la mirada, veo al final de la playa puntos blancos".
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Rodrigo vio toda la playa llena de puntos blancos: "Estaban las pozas llenas de bolitas"
Aquellos puntos blancos preocuparon a Rodrigo, que hace pesca submarina, por lo que alertó al 112: "Me pusieron en contacto con Salvamento Marítimo y me dijeron que estaban avisados, pero que no podían actuar por el estado de la mar". Mientras se ponían de acuerdo, dedicó el día a recorrer las playas colindantes, sacando más sacos: "Desastroso, estaban las pozas llenas de bolitas. Había sacos rotos encima de las rocas".
"Cuantos más sacos se saquen para arriba enteros, menos bolas van a haber en las playas"
Al día siguiente, Rodrigo decidió avisar al Seprona de la Guardia Civil, que le mandó a Policía Nacional y esta a Policía autonómica. Posteriormente, llamó a los responsables del parque natural de su zona. Y ya lo sabían, pero nadie recogía: "Cuantos más sacos se saquen para arriba enteros, menos bolas van a haber en las playas". Por fin, tras estos avisos, el alcalde mandó a un operario y se sacaron los primeros 58 sacos.
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