Los pellets de plástico se extienden por toda Galicia: ¿cómo ayudar a limpiar las playas?
La Xunta movilizó operarios en las zonas más afectadas de Ribeira y del Parque Natural de Corrubedo
Centenares de voluntarios han desembarcado en los arenales más afectados de Galicia para recoger los pellets plásticos
La desinformación y la falta de coordinación vuelven a ser los principales motivos de queja de estos voluntarios
El pasado 26 de diciembre, la asociación Noia Limpa detectó la aparición de un vertido de pellets de plástico que se extendía por toda la zona de las Rías Baixas, preocupando a las autoridades locales por su impacto, de dimensiones desconocidas, en el ecosistema local.
Esta invasión de kilos y más kilos de pequeñas bolas de plástico blancas, pronto se extendería por toda la costa gallega, haciendo saltar todas las alarmas ecológicas, ante lo que dieron en llamar “un segundo Prestige”.
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Pero igual que sucedió en noviembre de 2002, la marea solidaria para limpiar las playas no se ha hecho esperar, y ya desde la mañana del Día de Reyes, centenares de voluntarios, colador en mano, han desembarcado en los arenales más afectados de la comunidad para dejarlos libres de estos residuos con gran peligro para la fauna local, acudiendo así a la llamada de socorro de rostros tan conocidos como Blondiemuser, Xurxo Carreño o Guillermo Carracedo, entre otros.
Desde A Coruña hasta las Rías Baixas, incluidas las islas de Ons y Sálvora. Se han contado por decenas las personas que por iniciativa propia han salido a buscar y recoger con sus propias manos las milimétricas bolas de resina que se mezclan con la arena y las algas a lo largo y ancho de la costa gallega.
Eso sí, la desinformación y la falta de coordinación, han vuelto a ser, más de veinte años después de la catástrofe del Prestige, otra vez los principales motivos de queja de estos voluntarios que, con toda su buena intención, llegan desde todos los puntos de la comunidad a limpiar la costa de estos indeseables residuos.
Cada uno limpia como puede o como buenamente sabe; algunos voluntarios llevan escurridores de pasta, otros escoba y recogedor, pero la gran mayoría optan por los coladores de toda la vida.
La asociación Noia Limpa, uno de los colectivos con más movimiento en las redes sociales por este fenómeno, ha publicado en Instagram un vídeo con instrucciones de cómo debemos actuar si vemos pellets, que nos puede orientar un poco.
También el colectivo, Onde o Mundo é Celanova, ha publicado un vídeo en el que nos enseña a recoger las bolitas de plástico de manera efectiva y sin dañar el ecosistema; con el uso de una escoba y un recogedor, que se pueden emplear siempre y cuando la arena esté dura, de esta manera:
Cientos de voluntarios acuden a la llamada de los ecologistas
En la playa de O Vilar, en Ribeira, una de las más afectadas por la marea de pellets, hubo una gran concentración de voluntarios y voluntarias, que pasaron largas horas limpiando el arenal, hasta que la falta de luz lo hizo imposible. Hasta allí llegó gente de otros puntos de Galicia, incluso de Ourense, que acudieron a la llamada de los ecologistas por redes sociales.
También la Xunta movilizó operarios en las zonas más afectadas de Ribeira y del Parque Natural de Corrubedo. Un operativo integrado por agentes medioambientales, vigilantes y personal especializado recorrió este domingo las playas de la zona para detectar y proceder a la retirada de los pellets plásticos, unos trabajos que continuaron en la jornada del lunes.
Los efectivos al servicio de la Xunta de Galicia retiraron sacos y pellets de las playas de Ladeira, A Lagoa y O Vilar y en los próximos días han anunciado que peinarán los arenales del parque en la busca de posibles nuevos restos.
Según afirma el Faro de Vigo, también hubo voluntarios en más de una veintenta de arenales de Cangas, O Grove, Barbanza, Muros, Noia, Costa da Morte, A Coruña, Arteixo, Oleiros, Valdoviño y Ferrol.
El material que está llegando a la costa gallega procede del buque mercante 'Tocanao', que perdió 6 contenedores de su carga, uno de ellos portaba sacos de pellets plásticos que ahora son arrastrados a la costa gallega por las corrientes marinas.
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