La evolución de Leonor en cuatro años: así ha cambiado desde sus primeros Premios Princesa de Asturias

Estos serán los últimos Premios Princesa de Asturias que cuenten con la presencia de los reyes Felipe y Letizia. A partir del año que viene, coincidiendo con la mayoría de edad de Leonor, será la heredera al trono la que se encargue de presidirlos en solitario, tal y como hizo su padre hace ya más de tres décadas. Un importante salto en su trayectoria institucional que invita a echar la vista atrás y hacer un repaso de lo mucho que ha cambiado la joven desde su primera vez en el Teatro Campoamor.

2019: el primer discurso de su vida

Aunque este mes de octubre sea clave en su papel dentro de la corona, 2019 fue el año en el que la princesa empezó a tener un papel institucional. Y su estreno fue en estos premios, donde pronunció el primer discurso de su vida. Con apenas trece años (su apariencia de niña es evidente si la comparamos con la de hoy), una Leonor tímida pero preparada para el reto se enfrentó a la expectación de verla tomando la palabra con un aprobado general por parte de la ciudadanía.

"Hoy es un día muy importante en mi vida que he esperado con mucha ilusión", expresó ante su público y los otros tantos millones de españoles que siguieron en directo su intervención. En su discurso habló con orgullo de sus raíces con un rotundo "yo llevo sangre asturiana", algo que siempre le ha inculcado su familia materna. También habló de la responsabilidad de portar un título como el de princesa de Asturias. Y tuvo unas palabras de afecto para su abuela, la reina emérita, que quiso estar presente en un día crucial para su nieta.

2020: el año de la pandemia

2020 es y será el año de la pandemia. También para los Princesa de Asturias, que llegaron cuando España ya estaba desconfinada y aún trataba de adaptarse a lo que por entonces llamábamos 'nueva normalidad'. Esto tuvo consecuencias directas en la ceremonia, que no le quedó otra que adaptarse a las restricciones pertinentes para lograr controlar la evolución de la covid-19.

El Teatro Campoamor fue sustituido por el Hotel de la Reconquista. Era la única solución a los problemas de aforo y de distancia de seguridad que implicaba el recinto. Los invitados se redujeron a los imprescindibles. Y Leonor y el resto de la familia real portaron mascarilla desde que bajaron del coche hasta que concluyó la ceremonia. La única excepción en la que vimos sus rostros fue con los discursos, reto en el que la princesa de Asturias repitió para poner en valor el trabajo de los sanitarios.

2021: el rey le cede su sitio

A pesar de que aún convivíamos con el virus, en octubre de 2021 sí fue posible (o casi) vivir una gala a la antigua usanza. Las mascarillas seguían estando, el aforo también se trató de controlar, pero el Teatro Campoamor por fin pudo volver a albergar la entrega de premios que le ha convertido en un monumento de culto para los turistas que visitan Oviedo. Este año también pudimos ver a Leonor hablando desde un atril, y no desde la mesa en la que se coloca la familia real para presidir la ceremonia. Una decisión anecdótica pero importante de cara al lugar que se le empezó a dar a la princesa de Asturias en esta cita, que por entonces ya había iniciado su formación fuera de España, en el internado de Gales en el que ahora estudia su hermana pequeña.

2022: Leonor se hace mayor

Tanto en la edición de 2021 como en la de 2022 ya empezamos a ver a una princesa de Asturias menos adolescente y más adulta. Tanto en sus elecciones estilísticas como en su destreza a la hora de gestionar el estricto protocolo que implica formar parte de una institución como la corona. Ya sin rastro de restricciones por la pandemia, la protagonista indirecta de este año fue Paloma Rocasolano, madre de la reina Letizia y abuela materna de la joven, a la que vimos emocionarse desde el patio de butacas.