Los pactos postelectorales con Vox, el siguiente desafío de Feijóo
Génova admite que el pacto más complicado que podrían tener encima de la mesa es el del Gobierno de la Generalitat Valenciana: "Es un marrón"
El candidato de Vox en Valencia tiene una condena firme de un año de prisión por "violencia psíquica" contra su exmujer
Los populares creen que Vox está "desaparecido" en la campaña electoral y eso va a "impactar" en el resultado electoral
Recta final de la campaña en la que los populares ya sólo se centran en conseguir concentrar el voto en torno a su papeleta. Su líder Alberto Núñez Feijóo abrió la veda el pasado fin de semana cuando desde la icónica plaza de toros de Valencia reclamó por vez primera al electorado de Vox que voten PP. Fuentes de la dirección nacional del PP aseguran que esa estrategia les empieza a funcionar y que en los últimos días han detectado que baja "un poco" el apoyo a la formación de Abascal.
Los fontaneros de Génova perciben que están rentabilizando esa pequeña pérdida de apoyos a su favor según les dicen sus 'tracking' internos. Lo que está por ver es si será suficiente como para minimizar la capacidad negociadora de Vox. Creen que en estos cuatro días que quedan hasta poner las urnas, existe margen para crecer igual que ocurrió en Andalucía cuando neutralizaron a la entonces candidata de Vox, Macarena Olona.
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A su favor juega la desaparición de Vox en campaña, en nivel a su juicio "malo" de sus candidatos y que estén fuera de juego a nivel nacional. "Eso va a impactar", dicen convencidos. Aun así al PP no le va a quedar más remedio que entenderse con la extrema derecha en muchos territorios en los que podrían dar las sumas.
El que más riesgos tiene para Feijóo es el del Gobierno de la Generalitat Valenciana. Todas las encuestas indican que su candidato Carlos Mazón ganará en Valencia pero sólo le será posible asaltar el Palau de la Generalitat si se alía con el partido de Abascal. Problema: el candidato de Vox, Carlos Flores, tiene una condena firme de un año de prisión por "violencia psíquica habitual" contra su exmujer y 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones. Eso además de tener un pasado en Fuerza Nueva donde llegó a presentarse en sus listas junto a Blas Piñar en las elecciones de 1982. Catedrático de Derecho Constitucional, Flores ya ha mandado recado al PP para que se olviden de gobernar en solitario en Valencia. "No va a haber ningún gobierno valenciano del PP sin Vox", dijo hace unos días en El Mundo. Santiago Abascal quiere replicar allí el mismo modelo que en Castilla y León. Esto es, la vicepresidencia para Carlos Flores y consejerías como la de Educación.
"Eso va a ser una jodienda. Es un marrón", lamenta abiertamente un dirigente con asiento en la cúpula del PP. Admite que ese va a ser el pacto más complicado que les tocará abordar en caso de que dé la aritmética con Vox y que puede resultarle muy caro a Feijóo de cara a las elecciones generales de final de año. Algo de lo que también son muy conscientes en el PP valenciano. "Que Vox presente un candidato condenado por violencia de género es un problema para el PP", coinciden.
La posible victoria envenenada de Valencia
Voces del más alto nivel dentro del PP llevan semanas asegurando que lo importante la noche del 28 de mayo es teñir el mapa de España de azul y que después ya vendrán los pactos. Aseguran que aún no se ha decidido si la estrategia de alianzas postelectorales será común en todos los territorios y si se centralizará desde Madrid o se respetará la autonomía de los barones. "Hay vida inteligente más allá de Génova, 13", insisten esas mismas fuentes. En cualquier caso Feijóo tendrá la última palabra.
Donde no hay espacio para la duda es sobre quién pilotará as posibles negociaciones postelectorales en Vox. Es un partido fuertemente presidencialista en el que todas las decisiones las toma su jefe Santiago Abascal y su camarilla más estrecha ignorando a sus dirigentes autonómicos y locales. Eso ha sido así a la hora de confeccionar las listas electorales para estas elecciones poniendo y quitando candidatos y será así a la hora de sentarse a pactar. "Quien quiera contar con los votos de Vox deberá respetar a nuestros votantes", clama Abascal en todos sus mítines.
Así que la victoria prácticamente segura de Valencia se le puede atragantar a los populares y mutar en regalo envenenado la misma noche del 28 de mayo. En Génova cruzan los dedos y confían en sacar la suficiente distancia al socialista Ximo Puig y a Vox como para poder presentarse en minoría a la investidura. Esperan que entonces a Abascal no les quedará más remedio que apoyarles sin exigir entrar en el Consell. Eso o apoyar al tripartito de izquierda o forzar una repetición electoral. Algo que a su juicio pasaría una mayor factura a Vox que a ellos.
"Nos va a ir mejor de lo que dicen las encuestas", insisten confiados aunque saben que al final lo que contará será si consiguen aumentar su poder territorial. "Si no consigues gobiernos es un poco 'coitus interruptus' pero eso no significa que no cojas impulso para las generales", admiten en el PP que en la noche del domingo estarán especialmente atentos a los resultados en Valencia y Andalucía pero también a cómo se comporta el voto en Castilla y León. Es el único Gobierno que comparten Vox y las urnas del 28 de mayo se convertirán en un buen termómetro de como se ha acogido la coalición con la extrema derecha.