En Génova saben bien que el presidente Pedro Sánchez es refractario a pactar nada con Alberto Núñez Feijóo. Eso contribuiría a cimentar su perfil presidenciable y de hombre de Estado. Una baza que La Moncloa no quiere dar al gallego en un año en el que los modelos políticos de Sánchez y Feijóo se medirán en las urnas a finales de año. Pero esa orden interna tendrá una excepción. Tras el portazo de sus socios de Unidas Podemos, Esquerra y Bildu a la reforma de la ley del ‘sólo sí es sí’ los socialistas no les ha quedado más remedio que negociar con los populares para volver a elevar las penas a los agresores sexuales.
El incesante goteo inmisericorde de rebajas de condenas que ya va por casi el millar (uno de cada tres) y la excarcelación anticipada de un centenar se violadores y pederastas es el talón de Aquiles de Sánchez. A un mes de las elecciones autonómicas y municipales toca acelerar para taponar este mismo mes de abril una herida en la que la derecha hurga todos los días para captar voto de los socialistas enfadados con el ‘sanchismo’. El drama es que sólo cuenta con el PP para revertir el ‘sólo sí es sí’ y en Génova lo van a exprimir.
“Es un filón”, reconocen abiertamente el círculo más estrecho del gallego. Su secretaria general, Cuca Gamarra, anunciaba el pasado jueves los primeros contactos con los socialistas pero los populares jugarán a alargar ‘suspense’ hasta el último minuto y siguen sin garantizar abiertamente sus votos cuando la reforma se vote la semana que viene en el Congreso. Antes quieren que el PSOE se pliegue y acepte alguna de las 14 enmiendas que han presentado al texto de los socialistas para “resolver la inseguridad jurídica y vender así una victoria pírrica sobre Sánchez que explotarán de cara al 28M. Una “humillación” para la ministra de Igualdad, Irene Montero.
“Si el PSOE realmente quiere solucionar la chapuza jurídica que ha creado, tiene a su disposición propuestas del PP que van en la dirección de la seguridad jurídica”, atornillaba el viernes Feijóo.
Los populares subrayan que el texto del PSOE olvida cosas como meter una pena específica cuando hay una agresión con consentimiento obtenido mediante el engaño a los que están entre 16 y 18 años. "Lo mismo con la palabra 'indemnidad' en el título que desapareció en el sí es sí. Los menores como son menores no tienen “libertad sexual” como los adultos, sino que se usa el término indemnidad. Deben quedar protegidos", explican a NIUS los negociadores del PP.
El Gobierno se resiste a darle esa baza a Feijóo e intentan diluir la negociación. Desde el grupo parlamentario insisten en que se está hablando con todos los partidos -los negociadores del PP por el contrario aseguran que las conversaciones son sólo a dos bandas- y que no aceptarán modificaciones de calado en su propuesta. Este lunes irá a ponencia, el dictamen se votará el martes en comisión y el jueves en el pleno del Congreso.
En Génova forzarán la máquina hasta el final para que el texto que se apruebe lleve también el sello del PP. Un ejemplo de la “política útil” que quiere vender el líder popular. “Harían bien en apoyar nuestras enmiendas”, presionan desde el entorno de Feijóo. “A nosotros este tema abierto no nos hace daño”, advierten elevando el órdago.
“Les cuesta mucho asumir que o van con nosotros o no van. Las enmiendas son muy parecidas. Lo lógico para los dos es ir juntos en esto”, confirman por su parte los negociadores del PP consultados por NIUS. Aun así confían en que terminarán arreglándose con el PSOE porque “el tema es muy serio”. Claro que siempre queda el factor Unidas Podemos que sigue presionando para sacar al PP de la ecuación.
“Podemos es especialista en torcer la voluntad del PSOE en el último minuto. Van a estar machacando hasta la votación del jueves”, asumen esas mismas fuentes que tienen muy presente como la formación morada cegó todos los puentes con el PP para reformar la ley la primera vez que lo intentaron el pasado mes de febrero.
El Partido Popular ya maneja el escenario de que la reforma de la ley del ‘sólo sí es sí’ llegue al pleno del jueves sin que se haya cerrado un acuerdo previo antes. “Se vive al límite. Todos los grupos van a dejar vivas sus enmiendas por si existe alguna posibilidad de que la cosa vire”, admiten desde el grupo parlamentario popular.
Prevén que la semana escasa que queda va a ser de “mucha tensión” con presiones de los socios de investidura para que el PSOE dé marcha atrás y no alcance ningún tipo de acuerdo con el PP. Eso abona el discurso de Feijóo que presenta al presidente Pedro Sánchez como rehén de un tripartito que es incapaz de controlar y al que colocan como principal responsable de los efectos no deseados de la norma.
“Es el escándalo de España”, ha dicho esta semana el líder del PP. “El culpable es Sánchez”, añadía Cuca Gamarra. “Será un estigma que llevará toda la vida”, remataba Isabel Díaz Ayuso.
Aunque la reforma de la ley salga adelante, la orden en Génova es seguir mordiendo con la que han convertido en su principal ariete electoral porque por desgracia seguirán produciéndose rebajas de condenas.