La llegada de Alberto Núñez Feijóo a la séptima planta de Génova hace ya un año supuso entre otras cosas romper con la política de controlar los territorios con mano férrea de Pablo Casado y su lugarteniente Teodoro García Egea. Los barones se revelaron con la excusa de la guerra fratricida con Ayuso y en una noche fulminaron la era Casado mientras Feijóo se comprometía a dar mayor poder interno a los dirigentes territoriales.
Fiel a su palabra el gallego les ha dado libertad para cerrar pactos de gobierno si suman con Vox tras las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. No se impondrán pactos a ningún territorio pero Feijóo sí opinará. Aunque el mantra oficial es conseguir una “mayoría suficientemente amplia” que les libere del trago amargo de pactar con la extrema derecha, en la sala de máquinas de Génova 13 se impone el realismo y asumen que gobernarán “con lo que puedan”. Eso sí no a cualquier precio.
Feijóo tendrá la última palabra para sancionar los futuros acuerdos con los de Abascal y se monitorizarán comunidad autónoma a comunidad autónoma y ayuntamiento a ayuntamiento respetando la autonomía de sus barones confirma a NIUS un peso pesado de la dirección nacional. “Nuestros candidatos saben lo que tienen que hacer y lo que no. No tenemos que tutelar a nadie”, afirman desde el entorno del presidente popular.
Su número tres, Elías Bendodo, ayer lo dejaba claro. El PP es un partido nacional y no van a “renunciar” a su historia y trayectoria política. “Somos un partido nacional. Tenemos el mismo lema de campaña, las mismas ideas y las estrategias son comunes. Nuestro presidente confía en los territorios al 100% pero la estrategia tiene que ser conjunta”, advertía Bendodo desde Sevilla. Eso significa que aunque se deje autonomía a los barones para pactar Génova tendrá la salvaguarda de dar el visto bueno final.
Dan por sentado que los acuerdos que se alcancen serán “homologables” con el ideario del Partido Popular en los grandes temas y evitar así que les surjan "nuevos Gallardos" (el vicepresidente de Vox de Castilla y León). De hecho en Castilla y León -donde sí hay una coalición con Vox- su presidente, el popular Alfonso Fernández Mañueco, se ha comprometido a no derogar la ley de Memoria autonómica ni a impulsar la de violencia intrafamiliar hasta después de las generales como pretende la extrema derecha. Una garantía para no complicarle a Feijóo la carrera a La Moncloa más de lo necesario.
Vox ya ha avisado a los populares que venderán muy caro su apoyo tras el 28M. Feijóo y su núcleo duro lo saben y mandan el recado de vuelta de que no tragarán con cualquier cosa que les aparte de la centralidad y la moderación.
“No renunciaremos a nuestra historia política ni a nuestra trayectoria”, subrayaba Bendodo estableciendo ya la línea roja de forma preventiva.
Los de Abascal también marcan el terreno de juego. Tras el 28 de mayo diseccionarán la estrategia de pactos plaza por plaza y no piensan “regalar” presidencias de comunidades autónomas y alcaldías a los populares. “Hay muchos sitios donde hemos sido generosos y se les ha olvidado. El 29 de mayo se lo empezaremos a recordar" , avisan conscientes de que el PP sólo tiene oportunidad de conformar gobiernos en Valencia o Castilla-La Mancha con ellos o nada.
Eso no significa que de salida vayan a exigir sillones como hicieron en las elecciones andaluzas del año pasado. Consideran un error estratégico que pagaron muy caro el haber machacado con aquello de que si el PP necesitaba un solo voto el precio a pagar era sentar a Macarena Olona en San Telmo. Sólo consiguieron movilizar el voto útil y que Juanma Moreno sacara mayoría absoluta quedándose fuera del Gobierno de la Junta. Ya han aprendido la lección.
A pesar de que las encuestas dicen que el cambio que busca el PP de momento sólo pasa por sumar con Vox, el mensaje oficial es intentar replicar el modelo de Andalucía. “Vamos a esperar a los resultados. Aspiramos a no depender de nadie”, insisten a NIUS desde la dirección nacional.
En Génova asumen que el resultado será ajustado y habrá que esperar a la “foto finish” que arroje la noche del 28 de mayo. Hasta entonces Feijóo, que se ha hecho corresponsable del resultado electoral, se volcará en la campaña mitineando en todos los territorios y habrá una movilización total del partido. “Estamos en disposición de alcanzar más gobiernos en comunidades autónomas. La campaña va a ser decisiva y la noche de infarto”, anticipaba ayer Bendodo. En sus cálculos obtener un "gran resultado" en las comunidades autónomas en las que ya gobiernan (Madrid, Murcia y Ceuta) y amarrar La Rioja y un buen puñado de capitales de provincia.