El plan de Vox para obstaculizar la decisión de cualquier mujer a abortar no lo conoce nadie, a pesar de que este lunes ha entrado en vigor. Después de las tensiones que el partido de ultraderecha provocó en la alianza con el PP, ni el colegio de médicos de Castilla y León, ni la Sociedad española de Ginecología y obstetricia, ni los propios especialistas conocen el contenido de los protocolos provida que copian del autoritario Víktor Orbán, en Hungría.
Desde hace una semana, los médicos han expresado su rechazo a la iniciativa de Vox que no responde a ningún criterio científico. Así lo asegura el presidente de la Asociación de Ginecología de Castilla y León, Javier Martínez Guisasola. "No tiene base científica, y los ginecólogos -salvo que nos demuetren lo contrario- nos sorprenderíamos".
Los médicos ya pueden respiran más tranquilos porque después de tres días de confusión, con dimes y diretes, entre populares y dirigentes de Vox; ahora ya saben que no estarán obligados a ofrecer a las embarazadas escuchar el latido o haces una ecografía 4D, en el primer trimestre de gestación.
Las guias médicas desaconsejan la técnica para escuchar el latido del feto, porque supone riesgos para el embrión.
Las dos pruebas que la Junta de Castilla y León, que conforman PP y VOX, están en la cartera de servicios de la sanidad pública española, pero en otros momentos del embarazo y no en las primeras semanas.
Los especialistas hacen ecografías antes de la semana 11 de gestación para fijar la cronología del embarazo y comprobar si hay más de un embrión o alguna anomalía. Todas estas pruebas están fundamente en evidencias científicas y no por razones ideológicas.
Abel Renuncio, ginecólogo del hospital de Burgos cree que las propias mujeres "percibirán que no hay necesidad de estas medidas de cara a reforzar o no su decisión".
La organización médica colegial advierte de que los protocolos médicos los elaboran científicos y especialistas, no los políricos