El Partido Popular no está dispuesto a soltar el hueso de la sedición para desgastar al Gobierno. En su estrategia de forzar a los diputados socialistas a retratarse personalmente con este asunto el grupo parlamentario popular forzará mañana una votación pública por llamamiento. Traducido: exigen que los 350 diputados del Congreso, incluidos los 120 diputados del PSOE, tengan que expresar en voz alta desde su escaño si votan sí, no o abstención en el primer trámite que ha de superar la reforma del Código Penal mañana.
El artículo 85 del reglamento del Congreso permite hacerlo. Basta con que dos grupos parlamentarios o la quinta parte de los diputados lo reclamen. Esto es 70 parlamentarios. El Partido Popular tiene 88 diputados. Suficientes por tanto. Fuentes del grupo parlamentario insisten en que una vez solicitada formalmente y cumplido cualquiera de los dos requisitos, se ha de aceptar esta petición de forma "automática".
"Vamos a solicitar que la votación se haga por llamamiento para que todos los diputados digan personalmente si están a favor o en contra de que se derogue el delito de sedición. Si están a favor o en contra de que se debilite el estado de derecho y de entregar el Código Penal a los que delinquieron". atornillaba la número dos del PP, Cuca Gamarra.
"Hacemos un llamamiento a los diputados socialistas a que cumplan su palabra", ha insistido Gamarra machacando con la idea de que son los parlamentarios socialistas los que tienen en su mano "frenar" la derogación de la sedición. Los populares ven en la sedición la oportunidad de recuperar el centro y reactivar la fuga de votos del PSOE al PP. Así que no van a cejar en ese empeño. Un debate que incomoda a los barones socialistas de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page.
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, también ha cargado contra la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de atender a la petición de Bildu de retirar la Guardia Civil de Navarra. "Lo que no puede negar el PSOE es que ha entregado la Guardia Civil a los herederos de ETA", clamaba Gamarra.