El cuarto cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ha constatado que todos los puentes entre el Gobierno y el principal partido de la oposición están dinamitados. Ambos líderes han cumplido con la liturgia de atizarse con todo en un debate en el que por primera vez Feijóo se ha apartado de la economía para centrarse en la sedición y en los efectos nocivos de la ley del 'solo sí es sí'.
"Un gobierno en llamas" que "arrastra a toda la nación para saciar su ansia de poder" y que ha entrado "en shock" en palabras de un Feijóo que acudía al Senado con la presión del ala más dura del partido que desde una nueva portada de El Mundo le empujaba a ser "implacable" con Sánchez y su Gobierno.
A todos ellos Feijóo les ha contestado en la misma cara del presidente del Ejecutivo. "A mí no me interesa ser implacable sino ofrecer una alternativa imbatible. No me interesa insultar porque para eso ya están ustedes". La frase era en respuesta a los envites de Sánchez pero el recado iba directo a los duros del PP que exigen más contundencia y aprovechar un momento que creen clave para sus intereses electorales con el Gobierno enredado con la sedición, la malversación y la ley del 'solo sí es sí'. "Es que la que están montando es bien gorda", justifica un senador que ayer asistía en primera fila al debate en la Cámara Alta.
“Él es duro pero parece que no dice nada, que no se despeina. ¿En qué consiste en ser implacable? ¿En insultar a Sánchez? Si sólo con el relato de los hechos ya vale”, explica a NIUS un barón regional con mando en plaza que desdeña la presión que ejercen el ala más a la derecha del PP. Recuerda que hace sólo unas semanas la ruptura de las negociaciones del Poder Judicial iba a acabar con la carrera del gallego y "ya nadie se acuerda". "Todo esto le va a pasar factura a Sánchez. Feijóo tiene que ser él”, recomienda este cargo popular.
"No hace falta criticar mucho. Con describir los hechos ya son lo suficientemente contundentes. La alternativa de propuestas en materia económica, fiscal, educativa va a ser tan apabullante que va aglutinar voto a derecha y a izquierda", vaticinaba otro de sus dirigentes más fieles consultado por NIUS.
Es el mismo mensaje que ayer públicamente trasladaba uno de los dirigentes territoriales más próximos y leales a Alberto Núñez Feijóo en un intento de acallar a los posibles críticos dentro del partido. "Es el candidato que necesita España y que necesita mi partido para acabar con muchos momentos inciertos", subrayaba con toda la intención el sucesor de Feijóo al frente de la Xunta, Alfonso Rueda,. "Está haciendo exactamente lo que tiene que hacer", insistía Rueda en un encuentro informativo ayer en Madrid junto a su jefe de filas.
"Feijó es quien es y tiene una trazabilidad. Es verdad que hay mucho ruido, pero lo que se están contraponiendo son dos modelos diferentes", remacha uno de sus más estrechos colaboradores.
En el núcleo duro de Génova niegan que existan voces críticas en el seno del partido que cuestionen la manera de hacer oposición de Feijóo y reclamen ir a degüello contra Sánchez en un momento en el que el gallego tiene botando la pelota a sus pies. "No hay ningún sector de ninguna índole en el PP. En ningún caso hay una conspiración judeo-masónica, ni recomendaciones ni corriente crítica", asegura un dirigente con asiento en la dirección nacional. Eso sí, reconoce que con un Gobierno que acumula "tres o cuatro crisis a la semana ha llegado el momento de elevar la voz". "Por eso Feijóo ha dicho que ya está bien".
Y a eso se ha puesto el presidente del PP en el que ha sido su debate más duro y más bronco contra Pedro Sánchez de los cuatro que ha mantenido hasta ahora y en el que ha abandonado el terreno de juego en el que se encuentra más cómodo, el de la economía, para meterse en el más pantanoso de la guerra cultural como le reclaman los duros del PP y elevar el tono. Desde su entorno dejan claro que Feijóo redactó el lunes su intervención de ayer ante el Senado sin la contaminación de la portada de El Mundo de por medio. "Ha estado contundente. Ya estamos en campaña", "Ha estado bastante bien. Los debates son lo que son", decían después los senadores del PP por los pasillos de la Cámara Alta.
Feijóo, que ha alejado la posibilidad de liderar una moción de censura como reclaman en Ciudadanos y Vox, preguntaba a Sánchez si veía adecuado derogar la sedición, si pensaba cambiar la malversación, si va cumplir con su promesa de recuperar el delito de referéndum ilegal y si va a castigar con penas más duras a los violadores. Cuatro preguntas "de España" que en el PP se quejan se han quedado sin respuesta. El presidente del Gobierno ha preferido en cambio retratar a Feijóo como un líder sin autonomía política, rehén de la derecha mediática. "Usted señor Feijóo presume de ser un político previsible, y es cierto, no hay más que leer las portadas de los periódicos conservadores para saber qué va a decir", decía yendo directo a la yugular.
"Ya quisiera Sánchez depender tan poco del independentismo como nosotros dependemos de los medios", replicaban desde Génova intentando despejar un debate que les incomoda y no les ha sentado nada bien.