La muerte de Sara Gómez el pasado 1 de enero de 2022 ha desembocado en una Proposición No de Ley (PNL) sobre cirugía estética y lucha contra el intrusismo y las pseudociencias, también conocida como 'Ley Sara'.
Sara era una mujer de 39 años que el 2 de diciembre de 2021 se sometió a una intervención quirúrgica estética en Cartagena, Murcia, concretamente una lipoescultura que le dejaron graves lesiones. Sara sufrió daños en numerosos órganos, como los riñones, hígado, colon, intestino y duodeno, entre otros, por lo que fue trasladada al Hospital General Santa Lucía, donde un mes mas tarde moría.
La fallecida pagó 5.700 euros a través de dos trasferencias, conllevó anestesia general y duró unas cinco horas. Transcurrido ese tiempo, el médico informó al acompañante de la joven de que la intervención había salido bien, pero había perdido gran cantidad de líquidos y sangre, con lo que se encontraban estabilizándola.
Tres horas más tarde, el doctor transmitió al acompañante la decisión de trasladar a la chica al Hospital General Santa Lucía "como método de prevención". Sin embargo, la historia clínica de este último complejo hospitalario apunta que la mujer ingresó "en shock hipovolémico y en una situación de extrema gravedad", por lo que tuvo que ser intervenida de urgencia.
En el diagnóstico de la mujer aparecen, entre otros hallazgos fruto de la intervención, diversos daños como peritonitis fecaloide y biliar, necrosis isquémica de colon ascendente, múltiples perforaciones intestinales, perforación duodenal, necrosis de pared abdominal, laceraciones hepáticas, absceso retroperitoneal y evisceración contenida. Se trata, según el abogado, de traumas "más propios del resultado de una reyerta con arma blanca".
Durante el juicio contra el autor de la cirugía que llevó a la muerte a Sara Gómez, confesó ante el juez no tener título especialista en cirugía plástica y que solo contaba con un máster. Además, el modus operandi del facultativo era contactar por Tinder con posibles clientes.
Los familiares y amigos de Sara realizaron concentraciones y recogieron firmas para que hubiese un cambio legislativo, una ley que regulase la cirugía estética y no ocurriese ningún caso más, pero no llegó a tiempo para Silvia Idalia, quien falleció en julio por una triple operación de cirugía estética.
Silvia, de Palma de Mallorca, viajó hasta Madrid para someterse el 29 de abril a una triple intervención en una misma operación realizada en uno de los centros de la clínica CEME. Solo quería reducirse el pecho, pero “claro, salió con una propuesta de la clínica que no, quitamos grasita de abdomen, de flancos y, además, te la transferimos a glúteos”, relató a Informativos Telecinco su pareja Daniel Poyato.
Al día siguiente, se la dio el alta a pesar de los fuertes dolores que sufría y que, según la clínica, eran normales. "La respuesta fue ‘no te preocupes’", indicaba Poyato.
Pero la tercera visita, esta vez a las urgencias del centro, termina con una llamada al SAMUR, que la traslada de inmediato al Hospital de La Paz con una infección grave que derivó en su coma inducido por meses, del que despertó, pero finalmente falleció.
¿En qué consiste la llamada 'Ley Sara'?
El PSOE llevó el martes al Congreso y espera ser aprobada este jueves, una Proposición No de Ley (PNL) sobre cirugía estética y lucha contra el intrusismo y las pseudociencias, también conocida como 'Ley Sara', para promover las acciones necesarias para garantizar la seguridad del paciente en esta área, asegurando que todas las actividades sanitarias sean realizadas por profesionales médicos.
Destaca la necesidad de fijar criterios comunes sobre el control y cumplimiento de la normativa junto a las Comunidades Autónomas y en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, de los centros sanitarios con autorización de la unidad asistencial U.47 Cirugía Estética.