España ha vivido la segunda jornada con el plan de ahorro energético del Gobierno en vigor y la primera con restricciones de iluminación desde las diez de la noche, momento en que los distintos edificios públicos afectados por la normativa han tenido que apagar vitrinas y escaparates comerciales en aplicación de la misma.
Desde Madrid a Barcelona, pasando por Sevilla, Valencia o San Sebastián, en múltiples rincones del país se ha producido un apagón general donde la mayoría de los comercios han cumplido las medidas, aunque con algunas excepciones, como cabía prever con la disparidad de opiniones existente en las calles y la crítica de la oposición ante unas medidas no exentas de polémica.
Como no podía ser de otro modo, el principal foco de confrontación con el Gobierno lo abandera Isabel Díaz Ayuso desde la Comunidad de Madrid. La presidenta autonómica, aferrándose a la letra pequeña, denuncia que se están invadiendo sus competencias e insiste en que la capital no se apaga, mientras el Gobierno recalca que la ley está para cumplirla, que dicho cumplimiento es obligado y que afecta a todo el territorio nacional.
En este escenario, no obstante, el edificio sede de la presidencia de la Comunidad no se ha apagado. Y hay personas que opinan igual que Isabel Díaz Ayuso, dispuesta a recurrir el decreto de ahorro energético: “La iluminación es la clave para que atraiga el turismo”. “Si hay oscuridad, hay inseguridad”. “Da pie a que haya robos, carteristas", opinas algunos.
De acuerdo a la normativa, se apagan escaparates y la iluminación de los edificios públicos, no así el alumbrado público, ni los anuncios y carteles luminosos, que deberían ser suficientes para que la ciudadanía transite sin temor por la calle. "No es necesario que además cada comercio privado, para descartar sobre los demás, tengan que mantener un despilfarro energético", opinan otros, defensores de las medidas.
Así, muchos, la mayoría de pequeños comercios, han bajado el interruptor. También los edificios públicos, a lo largo y ancho de todo el país.
El Gobierno ya ha dicho que va a ser flexible para facilitar que todos cumplan la ley y para que España a su vez cumpla con Europa: hay que reducir el consumo energético un 7%.
“En la mayor parte de Europa ya funciona así desde hace tiempo. Yo creo que en eso vamos un paso por detrás, de ahí que nuestra luz sea más cara", sostiene un ciudadano que no solo defiende el plan de ahorro energético, sino que deja ver que además llega tarde.
Con todo, esto es solo el aperitivo, porque el plato fuerte llegará con un pan de contingencia más ambicioso en septiembre.
Mientras, respecto a la otra medida clave del plan, que contempla adaptar los termostatos, la hostelería es la que más está sufriendo esa limitación en la climatización. Con la nueva temperatura mínima, –donde el aire en los recintos refrigerados no ha de ser inferior a 27ºC–, en los bares son muchos los que optan por quedarse en las terrazas.
Aunque muchos cumplen la normativa, ahora lo que temen es perder clientes.
De esta medida solo están exentos “aquellos recintos que justifiquen la necesidad de mantener condiciones ambientales especiales o dispongan de una normativa específica que así lo establezca”, como entros sanitarios, gimnasios, peluquerías, centros de formación, algunas industrias, cocinas o supermercados.